A la mañana siguiente, los dos jóvenes se levantaron, desayunaron, alistaron y luego de despedirse de sus padres, finalmente, se fueron al colegio.
Como siempre, Lilith fue la primera en llegar. Se sentó, y se puso a mirar por la ventana, como hacía todos los días. Cuando fueron llegando sus compañeros se la quedaban viendo unos segundos. Ella ya estaba acostumbrada a que pasara esto los días en que... No dormía más de cinco horas. Sin embargo hoy, era diferente, se la quedaban viendo un poco más de lo normal, pero la inocente Lilith todavía no se daba cuenta. La pregunta era, ¿por qué la miraban tanto?. La respuesta era fácil, su cara.
Su rostro... tenía unas ojeras gigantes, eso no era nuevo, casi siempre las tenia, pero hoy, eran más grandes de la normal. Ademas de eso, su cara también estaba muy pálida y más cansada de lo normal. La pobre Lilith tenía un aspecto fatal.
Cuando llegó Ziven, él solo fue a su asiento, ignorando la situación de su compañera de enfrente. Cuando se sentó, sacó su cuaderno y se puso a dibujar. Él era muy bueno dibujando. Pero casi nadie había vistos sus dibujos, o mejor dicho, nadie había visto los dibujos sobre su problema (los cuales eran muchos). Cuando hacía dibujos normales no tenía problemas en mostrarlos. Pero cuando dibujaba sobre las sombras, y sobre la caja que siempre escondía, decía que no había terminado de dibujar o cualquier otra excusa.
Una vez que llegó el profesor, el día siguió normal para los dos.
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Cuando llegó la hora del recreo, los chicos que anteriormente le habían mostrado la escuela a Ziven, lo invitaron a que se siente con ellos. Al joven no le quedo otra mas que aceptar.
Al principio los chicos hablan de cosas triviales, mientras trataban de incluir al nuevo estudiante a su conversación. Ziven no era descortés y hablaba cuando le preguntaban algo. Pero de pronto escuchó algo que le interesó.
―¿Qué creen que le paso a Lilith esta vez? ―preguntó uno de los chicos.
―Nadie sabe, pero por el aspecto de su cara no dice nada bueno. En realidad me da pena Lilith, debe ser horrible... ―y lo siguiente lo dijo en un susurró, que Ziven y todo el grupo pudo escuchar ―tener un problema.
―Creo que no debió venir hoy, miren su cara, yo que ella no vendría ―respondió otro de los chicos.
―Supongo que tienes razón, ¿por qué habrá venido?
Luego Ziven los interrumpió preguntándoles:
―¿Quién es Lilith? ―todos se lo quedaron viendo unos segundos, hasta que el chico que parecía el líder del grupo, le respondió.
―Es verdad, eres nuevo y no sabes nada de nuestra compañera, culpa mía. Bueno... ¿Cómo empezar? Hay muchos rumores acerca de ella, pero contando lo que vi y lo que dijeron los profesores, en resumen, Lilith tiene un problema psicológico. ―cuando el dijo eso, Ziven se interesó un poco más en la historia ―Pero nadie en el colegio esta seguro sobre cual es ese problema. Hay algunos que dicen que experimentó con la magia negra y por eso ve cosas. Otros que seguramente tiene un trauma de la infancia. Y muchas más versiones.
Ziven se quedo pensativo unos segundos. ¿Había alguien que podía sentir lo que el sentía? Pero, aunque ella tuviera un problema similar al de él, no podía involucrarse con la gente, en realidad, el no quería relacionarse con nadie.
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Lilith todo el día se quedo pensando... Analizando en la noche anterior, queriendo olvidarla, ¿pero cómo? ¿Cómo se olvida algo asi? No importaba como pero tendría que hacerlo solamente debía hacerlo, por todos. No, no por todos, por su madre y por la persona importante que ahora estaba lejos... Muy lejos. Una lágrima traviesa se escapó de sus ojos. La secó rápidamente, estaba en el colegio, no podía llorar ahí. Cuando fue al baño se asustó de su propio reflejo, ahora entendía porque la gente la miraba más de lo normal. ¿Debió haber faltado no? Si, eso pensaba todos. Pero si faltaba era peor, mucho peor. Iba a estar sola, su madre estaba trabajando, sola en una casa de tamaño mediano. Definitivamente iba a volverse más loca de lo que estaba, además, ella no odiaba el colegio.
Le gustaban algunas materias, y estudiar a veces la hacía olvidar.
En el momento del almuerzo Ziven tuvo que nuevamente sentarse con los compañeros que le enseñaron el colegio. Como aún no sabia sus nombres, ya que no se los acordaba, una vez que se sentó, les preguntó.―¡Mi nombre es Alba! ―dijo una de las chicas. Tenia el pelo pelirrojo, ojos azulados y estatura promedio ―Deberías aprender nuestros nombres, Ziven, ya que todos vamos a ser compañeros, ¿No? ―Ziven solo asintió con la cabeza.
―El mío es Erick ―dijo otro, él era uno de los mas callados. Tenía el pelo marrón oscuro y ojos marrones claros.
―Yo me llamo Manuel, Ziven ―dijo por fin, el que parecía el líder. El era rubio de ojos verdes, como siempre iba a la cabeza del grupo, Ziven supuso que el era el "jefe", pero en realidad esa era...
―Bueno... Yo siempre al final. Mi nombre es Abril, no creo que tengas problemas en recordarlo ― ella era como la líder, por que siempre que surgía un problema, tenía la solución. Su apariencia no era del otro mundo, tenía el pelo castaño y ojos claros.
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Cuando llegó la hora del almuerzo, Lilith se sentó sola. Buscó una mesa vacía y fue camino allí. En ese momento pudo estar en paz de las cosas que la atormentaban, fue tanta la tranquilidad que al final, se quedó dormida.
Cuando tocó el timbre, alguien que había salido último, se dio cuenta que una persona en el fondo se había quedado dormida, entonces fue camino allí.
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Eclipse
Novela JuvenilEclipse. Lo primero que uno piensa al escuchar esta palabra es un momento de oscuridad. Hay dos tipos de eclipses, uno pasa cuando la luna se interpone entre la tierra y sol, causando que esta última se oscurezca. Y otro en donde la tierra oscurece...