Intentar.
He intentado un sinnúmero de veces ser como ella, tantas veces que ya perdí la cuenta, tantas veces que ya no logro ponerle un número aproximado para poder contarlas.
¿Intentar? ¿Qué he intentado? ¿Ser como ella o que me trates como ella?
No sé, ya no sé qué pensar.
He intentado ser como ella y a su vez que me tratas como la tratarías a ella. ¿Ser como ella, pero en qué sentido? Fácil, puedo enumerar todo lo que he intentado, en cambio las veces no.
He intentado hacerte sonreír como ella, que rías a carcajadas, que seas feliz como lo fuiste con ella. Sí, con ella. Porque conmigo nunca lo fuiste, solo fingiste que lo eras y fingir que lo hacías me lastimaba y a la vez a ti también, pero nunca quisiste aceptarlo.
Nunca quisiste aceptar que tu razón por acercarte a mí fue porque te recordé a ella, a aquella chica que te dio paz, luz y sobre todo esperanza, aquella misma esperanza que se fue a la mierda cuando ella ya no estaba contigo.
¿Sabes? Me emocioné que te fijaste en mí, aquella vez en la clase de historia, cuando me ayudaste cuando el idiota de Jake me estaba molestando, y me hice un montón de ilusiones, la primera de ellas fue que podríamos ser amigos, lo cual sí fuimos, pero no como esperaba.
Quería un amigo que me entendiera de verdad y no como siempre fingiste hacerlo. Recordar todos los momentos juntos me lastima, quema y destruye de una manera totalmente inexplicable y que nunca lograrás comprender.
Y no lo harás, ¿sabes por qué? Porque te niegas a aceptar un simple hecho que puede cambiarte la vida.
Aquella vida perfectamente imperfecta que estás viviendo, esa misma vida que te está acabando. Sí, acabando, porque estás destruyendo todo lo que te hacía feliz.
Tu familia, tus amigos, aquellas personas que una vez fueron cercanas a ti se dieron cuenta de lo que pasaba, de aquello que no querías aceptar.
Aceptar que ella no estaba ya en este mundo.Y que cuando sucedió tu mundo se fue con ella.
Después de un tiempo llegué yo, bueno, prácticamente tú fuiste quien me entró a tu propio mundo, pero, ¿por qué me dejaste entrar? ¿Para qué me dejaste hacerlo? ¿Para destruirte al darte cuenta que no era ella?
Y después de un largo tiempo lo entendí. Por fin pude entender, fue un hecho como que dentro del túnel en donde estaba apareció una luz, la luz del entendimiento, y pude comprender que no necesitaba ser como ella.
No necesité ser como ella, nunca quise y no quiero ser como ella.
¡No quise ser ella! Porque no quiero ser su reemplazo, no quiero que me utilices para olvidarte de ella, ella que no está contigo y aún no comprendes.
Y me duele que no me di cuenta en el momento adecuado, pero lo importante fue que lo hice a tiempo, porque me estaba volviendo como tú.
Un ser sin luz, sin esperanzas. Y definitivamente no quiero ser así, porque volveré a hacer como antes, en la chica que fui y que en realidad soy, esa chica que te llamó la atención por parecerme a ella.
Ya no sé si es bueno decir que fue un privilegio haberte conocido, antes lo creía, creía que lo era, pero me arrepentí.
Espero que logres salir de tu pozo, aquel pozo que fuiste cavando poco a poco, y que puedas hacerlo tú mismo, porque ya no estoy dispuesta a acompañarte en el trayecto, sobre todo si ese trayecto me lastime a mí, porque ya no se trata de ti sino de mí.
—La única persona que te quería de verdad.
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¡NO QUIERO SER SU REEMPLAZO!
Historia CortaEl amor también nos hace mal pero no queremos aceptarlo. Créditos en la portada a @Suca_08