Capítulo 10

18 3 0
                                    

Asher Tillman

Ya estamos camino a la cancha de fut americano, dónde se llevará acabo el juego, siento que hoy será una buena noche pero no estoy seguro de ello, tengo un presentimiento algo extraño.

—No tenías por qué decir eso— dice Joshua con un tono despectivo.

—No dije nada malo Joshua, solo quería que te tranquilizaras, no tenías por qué exaltarte así con Lía, yo sé que estás molesto por lo que sucedió esta tarde con tu padre, pero no la pagues con nadie, porque nosotros no tenemos la culpa. Lamento si te ofendí, solo no quiero que hagas algo de lo que puedas arrepentirte en un futuro

—Está bien, Bro, pero no me expongas, por algo no te cuento las cosas—dice con un gesto de desaprobación con una pisca de dolor, algo que sinceramente me dolió, yo siempre había sido su confidente y viceversa. Joshua y yo siempre hemos sido buenos amigos, pero estas últimas semanas, he sentido que me oculta algo.

—Nunca lo he hecho Joshua.

—Y de verdad espero que no lo hagas, confío en ti desde que tengo memoria.

—Sabes que nunca te haría daño— y es cierto, me lo prometí la primera vez lo vi derramar un mar de lágrimas, con sus manitas destrozadas por las heridas que su padre le provocó, no permitiría que alguien lo lastimara de nuevo, pero eso no me salió muy bien, era un niño y no podía hacer nada contra su padre.

—Hola guapo— dice Stacy con una radiante sonrisa, recuerdo lo que ese simple gesto llegaba a provocar en mí, de verdad la quería pero algo está cambiando, ni ella ni yo somos los mismos de antes.

—Hola amor, ¿Cómo estás?

—Lista y hermosa, como siempre, ¿y tú? ¿Listo para el partido?

—Por supuesto, estoy ansioso por dar lo mejor de mí en la cancha.

—Claro, ya verás que serán vencedores, te estaré animando, te quiero— dice mientras se aparte de nosotros, con un marcado movimiento de cadera que realiza cuando camina, lo que provoca que su larga coleta alta se mueva de un lado a otro.

—Ya no entendí, ¿La quieres o no?

—No lo grites Joshua, y referente a esa pregunta, si la quiero pero distinto, antes la amaba, y sentía todo lo que conlleva la palabra amor, sentía la pasión, admiración, atracción, orgullo por todo lo que realizaba, pero se ha vuelto más superficial, materialista, celosa, vanidosa, no digo que este mal amarse a sí mismo pero creo que está llegando a un extremo y sinceramente no creo que ningún extremo sea bueno.

—¿Y cómo se supone que la quieres?— pregunta con una ceja alzada.

—Como mi hermanita, Joshua, la conozco desde años atrás, definitivamente la quiero, pero ya no la veo como lo hacía antes.

— No busco ofenderte pero debo preguntar ¿Hay otra?

—¿Otra qué?¿Otra mujer?

—Pues claro, otra mujer, ¿a qué otra cosa podría referirme?

—No, Joshua por supuesto que no hay otra, nunca engañaría a mi pareja, sin importar nada—digo con un semblante serio, ya que es cierto, nunca engañaría a mi pareja, eso sería caer demasiado bajo para mi gusto, eso nunca me lo perdonaría, como mirar a los ojos a dos personas a las cuales les dices al mismo tiempo que las quieres y quieres todo con ellas, yo de verdad que no podría ni sostener eso un solo minuto.

—Está bien, pero no te enojes, solo lo decía de coña.

—Internacional me saliste.

—Yo soy clasificado cómo una delicia para cada nación, acaso no me has visto, te prometo que me he liado con más de una chica de cada continente.

El precio del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora