Capítulo 12

22 2 0
                                    

Lía

—¿Qué opinas?

—Te queda muy bien— dice Maddi mientas yo veo mi reflejo en el espejo de la habitación de Ryan.

—No sé, ¿segura que no tiene un traje de baño completo la hermana de Ryan?

—Lía, Riley no tiene un atienda de la cual pueda proporcionarte distintas y variadas opciones para trajes de baño además ¿tú le prestarías a alguien algo que toque tu vagina?

—Okay, ya entendí y no podemos ir a comprar uno.

—Claro Lía, lo malo es que la tienda más cercana está a una hora y eso es si logramos salir de esta casa sin que tu hermano se dé cuenta de ello.

—¿Qué tiene que ver Milo en todo esto?

—Usualmente yo ni siquiera lo mencionaría, pero, Ryan me dijo que Milo les pidió a los chicos del equipo que no te dejaran salir si no ven que vas con él.

—¿Qué hizo qué? ¿Cómo se atreve ese maldito desgraciado?

—Sabes, por muy remota que parezca la idea, también existe la posibilidad de que se preocupe por ti.

—Él jamás se preocuparía por algo que no fuera él y el futbol americano, es un egocéntrico, narcisista, engendrado por el mismísimo satanás.

—Bueno ya que dejaste de maldecir a tu lindo y querido hermanito es hora de que salgamos a la piscina a disfrutar un rato con ese lindo traje de baño que Riley acaba de comprar la semana pasada.

—Por cierto, ¿Cuánto le debo?

—Nada.

—Maddi, debo pagarlo, ¿ella sabe de esto no? ... ¿no?.... ¿no?— Maddison no responde absolutamente nada y se me queda viendo con esa carita de niña que acaba de realizar una travesura —Maddi, dime por favor que Riley sabe de esto, no quiero que uno de esos escenarios que imagine se haga realidad.

—¿Qué imaginaste?— pregunta con un tono curioso.

—Estaba en una piscina y una chica que estaba muy molesta llego como las hermanastras de cenicienta y me arrebato la parte superior del bikini y mi busto quedo expuesto ante todo el mundo.

—Lía, Ryan me dijo que le diría a su hermana y él le compraría otro, además si eso llegara a pasar, cosa que es super improbable, absolutamente nadie vería algo que nunca hayan visto.

—Eso ultimo no ayuda Maddi— digo con un tono y semblante serio.

—Es bromis linda, obviamente si sucediera eso yo correría hacia ti y te cubriría con lo primero que encontrara, pero si no encuentro nada a primera vista pues te cubro con mi cuerpo.

Sonrió sinceramente porque sé que es cierto lo que dice, ella es la persona que incluso me daría su sostén o le quitaría la camiseta a Ryan o al primero que encuentre.

—Muchas gracias Maddi.

—¿Por qué? ¿por conseguirte un traje de baño superlindo y además gratis? ¿Por qué no te estas cambiando en el baño de abajo con toda la fila que se ha formado? ¿Por qué gracias a mi tuviste un plática con ese chico lindo? ¿Por qué soy la más hermosa e increíble amiga que cualquiera podría tener?

—Por todas esas respuestas y más— digo dándole un medio abrazo.

—Bueno, creo que es hora de que vayamos abajo y disfrutemos de este hermoso día soleado.

—Maddi, por cierto ¿Dónde está Angela?— pregunto al recordar que la vi por última vez con Maddi en la entrada a las gradas de la cancha de Fut americano, mientras yo estaba discutiendo con Milo mientras íbamos camino a la camioneta para venir a la fiesta.

El precio del corazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora