Ahora él lo sabría.
Faltaba tan sólo una semana para que Lily Luna Potter comenzara su primer año escolar en el Colegio Hogwarts de Magia y Hechicería. Se sentía inquieta y ansiosa. Quería que los días pasaran lo más rápido posible, pero a la vez tenía los nervios de punta, especialmente por la Cena de Bienvenida, en donde sería evaluada por el Sombrero Seleccionador. Estaba bastante preocupada por ese tema, tanto, que había soñado que el Sombrero la enviaba a Slytherin, por su curiosidad por el chico Malfoy. Igualmente, Lily en su sueño se había sentido repentinamente feliz por la elección, algo que la dejaba aún más exaltada con el correr de los días. ¿Y si sucede de verdad?, pensaba Lily, cada vez que despertaba sobresaltada.
Scorpius... Recordaba sus ojos grises, su porte recto y elegante, su andar distinguido, día tras día. No podía, ni quería, borrar de su mente la última vez que lo contempló, aquella vez que regresaban los alumnos de Hogwarts para la semana de Navidad, hacia ya ocho meses. Ocho meses sin verlo... Por supuesto, Lily había acompañado a sus padres otras veces a la estación de King's Cross en busca de sus hermanos, pero no había podido divisarlo nuevamente, y hasta llegó a creer que estaba esquivándola. Pero, al final, se dijo que no encontraba sentido a esa acción por parte de él, así que era inútil continuar con esa idea.
Sus hermanos y primos a toda hora tenían una historia que contar sobre Scorpius Malfoy. James y Fred, por ejemplo, estaban todo el tiempo hablando de como Malfoy se pavoneaba como lo hacía su padre por el colegio, creyéndose superior al resto, un punto de vista que Rose siempre reprochaba abiertamente, ya que lo consideraba exagerado. Según Rose, a Malfoy le importaba muy poco lo que pensaran o dijeran los demás, especialmente James Potter, y por eso demostraba siempre una actitud seria y estricta ―aunque se notaba su inclinación por las creencias de la casa de las serpientes, pero tampoco era algo criticable, a su parecer―. Para sus primas Roxanne y Lucy, Malfoy era un insufrible en pociones, especialmente porque era el mejor de su clase y, además, tenía un nivel muy superior en relación al primer curso, y eso claramente les causaba molestia. Según Albus, Malfoy se las agarraba con ellos siempre que James se proponía molestarlo, aunque a veces el rubio daba el primer paso, pero era considerable dado que entre Malfoy y su hermano se habían declarado una guerra silenciosa.
Lily, sin embargo, no quería formar una opinión respecto al rubio, ya que le parecía algo injusto y superficial. En primer lugar, porque Scorpius Malfoy no había hecho en ningún momento nada en contra de ella (aunque hubiera peleado varias veces con su hermano mayor, la consideraba una razón injustificable dado que conocía el carácter extremista de James). Y, en segundo lugar, porque tenía la esperanza (algo que le había dado su prima Rose) de que en el fondo, tal vez si alguien se animara a acercarse a él y conocerlo, no sería tan malo, tan egocéntrico como se hacía ver, tan desinteresado por todo y todos. Sí, seguramente tendría sus propias convicciones e ideales, tal vez distintas en cierto sentido a las de los demás, pero ¿quién no las tenía? Tal vez su andar aristocrático y arrogante era un poco chocante para algunos, pero Lily era de aquellas personas que afirmaban que nadie podía ser juzgado sin ser antes escuchado y, por lo tanto, no quería opinar acerca de lo que no conocía (algo que James hacía muchísimas veces, y Lily odiaba en demasía). En fin, Lily quería dar su propia oportunidad a Scorpius Malfoy, y no creía que alguien fuera a morirse por eso, especialmente sus padres, quienes siempre hablaban de Snape y el voto de confianza que había recibido de Dumbledore. Con estas creencias había sido criada Lily Luna Potter, y las respetaría con quien fuera, inclusive el hijo de Draco Malfoy.
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Ese día, Ginny llamó a sus tres hijos temprano por la mañana, ya que irían a comprar los útiles y libros que necesitaran para el comienzo de las clases al Callejón Diagon. Lily ya se encontraba despierta para ese momento, por la emoción que implicaba hacer tal cosa, y fue la primera en bajar a desayunar. Observó por la ventaba del salón principal el sol radiante que iluminaba el cielo, que le daba una claridad serena y estimulante.
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Scorpius y Lily
FanficUn Malfoy que podría ser un Gryffindor. Una Potter que pertenece a Slytherin. Y la aventura del primer amor, que romperá con todas las reglas.