¡SI EL ORIGEN DE TODO DESEAS CONOCER, ESTA PARTE DEL CUENTO DEBES LEER!

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En el bosque del páramo habían dos hechiceras que tenían la misión de cuidar con sus magias y corazón al bosque de cualquier maldición. Con el pasar del tiempo sus aspectos se hacían cada vez mas andrajosos y feos. La mayor de estas deseaba belleza y poder llenando su corazón de maldad y codicia. Estando en la torre de su castillo esta se miró al espejo y pensó: "Debo ser la hechicera más bella y poderosa de todo el reino".

 Estando en la torre de su castillo esta se miró al espejo y pensó: "Debo ser la hechicera más bella y poderosa de todo el reino"

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La otra hechicera vio el corazón de su hermana oscurecer poco a poco. Así que para conocer el destino de su hermana mayor sin que ella se diera cuenta con sus manos una bola de cristal formó y a través de ella vio que su poder y oscuro corazón crecían cada vez más. Además, observó que por su codicia a una princesa en el bosque secuestraría, tomaría su cuerpo y la encerraría para siempre en un espejo. Aquella hechicera palideció. Sabía que, aunque tratara de convencerla de hacer lo contrario no habría nada que pudiera hacer para detenerla.

Años mas tardes, se rumoreaba que una hechiza de buen corazón una hija muy especial al rey Felipe le concedió. El reino vivió la alegría un año mas tarde de que el rey volviera a casarse y quien junto a su esposa  la reina Leonor le dieran la bienvenida a una hermosa princesita a quien le pusieron por nombre Sofía.

 El reino vivió la alegría un año mas tarde de que el rey volviera a casarse y quien junto a su esposa  la reina Leonor le dieran la bienvenida a una hermosa princesita a quien le pusieron por nombre Sofía

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Las princesas disfrutaban jugar por todo el castillo y pasar mucho tiempo juntas. La princesa Amelia y la princesa Sofía fueron creciendo llenas de virtud, belleza y sabiduría. Les encantaba salir a disfrutar del bosque. Amelia le animaba el invierno mientras que Sofía la primavera. Salía al paramó y disfrutaba de la fragancia de las flores y así fue por 17 años.

Una tarde de primavera Sofía salió al bosque a cabalgar en su caballo. De regreso a casa, después de hacer una larga caminata la pobrecilla se aburría así que habló con su corcel blanco. Después de un rato, inspirada por el colorido color de la primavera y de los verdes valles, la princesa entonaba un dulce canto. El melodioso sonido atraía a los animales del bosque, pero a una pobre ardillita enredada entre las ramas de los árboles vio, así que ha ayudarlo se apresuró.

LA PRINCESA DE LOS POCOS DE NIEVE Y LA BRUJA DEL PÁRAMODonde viven las historias. Descúbrelo ahora