Capítulo 5: the art of war

859 90 25
                                    

Seokjin rueda sobre su espalda, respirando con dificultad, parpadeando rápidamente para deshacerse de los puntos negros que bailan frente a sus ojos. Pone una mano sobre su pecho, siente su corazón latiendo salvajemente contra la punta de sus dedos.

Yoongi se ríe por lo bajo a su lado, y Seokjin no necesita mirarlo para saber que está sonriendo.

"¿Está bien allí, Su Alteza Real?" pregunta, un poco demasiado descarado para el gusto de Seokjin. Se consuela con el hecho de que Yoongi suena tan destrozado como se siente.

"Cállate", responde, pero también está sonriendo. "Creo que me rompiste el cerebro."

Yoongi se ríe, y el sonido es tan inesperado que hace que la cabeza de Seokjin gire hacia él para atraparlo. Yoongi se ve más joven cuando se ríe, alegre y libre. Le queda bien, menos arrogante y serio de lo que suele ser.

Es la tercera vez que Yoongi viene en las últimas dos semanas, y ambos están comenzando a relajarse lentamente en esta nueva norma que han logrado establecer. Yoongi generalmente llega alrededor de las nueve cuando sale del trabajo y discuten juguetonamente por un rato antes de terminar en la cama donde tienen sexo salvaje y apasionado. Se va a casa poco después, no sin dejarle una nota a Seokjin, porque aparentemente vive para torturarlo, ya sea molestándolo sin piedad o con sólo un roce de lengua igualmente despiadado pero terriblemente sensual.

La primera que dejó, después de su primera visita al lodge de Seokjin, fue muy simple, pero al grano.

Su Alteza Real el Príncipe Seokjin de El Lodge Encima De La Colina,

Habría valido la pena los impuestos públicos, si me preguntas.

Cordiales respetos,

Y.

Pd: Este bolígrafo es bastante sorprendente. Podría robarlo algún día, has sido advertido.

Seokjin la había encontrado pegado a su refrigerador con un imán cuando se había levantado por un vaso de agua helada una hora después de que Yoongi se fuera. Había puesto los ojos en blanco, pero se permitió una pequeña sonrisa privada.

La segunda nota, cinco días después, la había encontrado delicadamente depositada en la almohada junto a la de Seokjin cuando se despertó a la mañana siguiente.

Su Alteza Real el Príncipe Seokjin de Follables Labios,

Sí, escribí eso sólo para molestarte. Eso te enseñará por dormirte encima de mí.

Y.

Pd: Veo que has escondido el bolígrafo. Estoy ofendido. Lo robaré cuando hayas bajado la guardia, de todas formas. Sólo para que sepas.

PPd: Estoy bromeando, claramente necesitabas dormir. Espero que hayas descansado.

Esta fue probablemente la cosa más agradable que Yoongi le había dicho desde sus encuentros improvisados –aparte de los elogios sin aliento susurrados contra su oído– por lo que Seokjin había decidido olvidarse de la primera línea por completo. Había estado particularmente agotado ese día, atrapado en reuniones todo el día para discutir las finanzas reales.

Sin embargo, se despertó sorprendentemente descansado. Había olvidado la sensación.

Hay muchas cosas que parece olvidar, en estos días, y se niega a examinar cómo el roce de los labios de Yoongi contra los suyos suele ser el catalizador.

"¿Puedo hacerte una pregunta?" Yoongi pregunta. Su voz es un poco áspera, baja en maneras que haría temblar el cuerpo de Seokjin si pudiera reunir la energía para eso en este momento.

The Truth's Worth | ksj + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora