Capítulo 6: sacred ground

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La madre de Yoongi siempre le dijo que su imprudencia no le traería nada más que problemas.

Su madre se equivocaba en muchas cosas, pero en eso no.

Él es consciente de ello ahora más que nunca, porque Seokjin tiene un mundo de problemas peleando en sus ojos, y Yoongi quiere explorar cada parte de ello.

Cada momento que pasa con Seokjin es un momento de imprudencia, ha llegado a la conclusión, una especie de vandalismo como del que le advirtieron cuando era un adolescente alborotador que se metía en peleas para llamar la atención de personas que no lo merecían.

Ahí es donde comienza el problema. Porque está empezando a pensar, por tonto que sea, que Seokjin puede merecerlo.

Yoongi fue codicioso en su búsqueda de él, egoísta en la forma en que dejó que sus manos desvistieran a Seokjin con audacia, egoísta en la forma en que prosperó en el deseo bailando en los ojos de Seokjin, egoísta en la forma en que quería poseer los gemidos y las blasfemias que logró sacar de sus labios.

No es amor ni afecto, lejos de eso, pero es algo más que Seokjin se ha ganado de él, una especie de respeto silencioso que Yoongi suele dudar en otorgar.

Porque Seokjin es más de lo que el mundo exterior lo ha identificado, y Yoongi ha sentido afinidad hacia las personas a las que se les dice que sólo pueden ser una cosa y deciden no serlo.

Seokjin no es sólo modales exasperantemente correctos, encanto sin restricciones y una presencia autoritaria que atrae a la gente hacia él como polillas a la llama. Es inteligente más allá de su educación, un poco roto ,y amable a pesar de todo, incluso cuando no lo ayuda. Yoongi sabe de primera mano que el mundo es un horrible, horrible lugar, así que se necesita una clase especial de persona para seguir siendo amable cuando sólo recibes crueldad a cambio, cuando tu amabilidad está constantemente en riesgo de ser destrozada y utilizada como arma en tu contra.

Ese es el problema, realmente, porque Seokjin no parece darse cuenta de que el mundo nunca será digno de él, de personas como ellos que van en contra de las normas de las mareas, pero aun así se esfuerza mucho por ser digno de ello.

Y en ese rincón oscuro de su mente que es imprudente y consciente de su propio egoísmo, Yoongi agradece la ignorancia de Seokjin, porque significa que no sabe que Yoongi no merece su atención más que el resto del mundo.

Significa que puede tenerlo así, dócil bajo sus manos, desesperado contra sus labios, desquiciado en cada toque suyo.

Se odia un poco por eso, por usar a Seokjin como todos los demás, pero solía odiarse a sí mismo la mayor parte del tiempo, así que está seguro de que su terapeuta lo considerará un progreso. O algo. Ha aprendido a vivir con eso.

Yoongi nunca ha afirmado ser una buena persona, y Seokjin nunca le pidió que lo fuera. Este no es el arreglo que tienen. Todo lo que tienen son peleas burlonas que siempre suenan a juegos previos, un secreto demasiado grande para ser evaluado y una cura efímera y superficial para su soledad.

Yoongi cree que podría escribir una canción al respecto.

Hay un quejido contra su oído, vibrando a través de su cuerpo, y Yoongi parpadea cuando Seokjin se retira de donde estaba ocupado mordiendo el punto sensible entre su hombro y su cuello.

"¿Qué?" Yoongi pregunta, apretando su agarre en los muslos de Seokjin mientras se inclina completamente hacia atrás, fijándolo con una mirada dura.

"¿Te estoy aburriendo?" Seokjin resopla en lugar de una respuesta.

Cruza los brazos sobre su pecho, levantando una ceja desafiante, y Yoongi se muerde el labio para reprimir una sonrisa, pero puede sentir que una comisura de su boca se niega a obedecer.

The Truth's Worth | ksj + mygDonde viven las historias. Descúbrelo ahora