Capítulo 3

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3.

Quizás no habia sido la idea más brillante que Zhong ChenLe había tenido alguna vez. Y lo supo cuando HaeChan comenzó a largar un aroma amargo y ácido. Podía sentir a su lobo furioso e incómodo. Pero Mark Lee no podía notarlo. Ni Jeno al parecer.

HaeChan y Mark habían logrado tener una conversación civilizada por lo que creía era la primera vez en toda su vida. Y ChenLe genuinamente creyó podían cultivar una amistad como era debido. Pero algo tenía que salir mal.

Y todo era culpa de Jeno. Grandisimo idiota.

Jeno y Mark estaban enfrascados en una conversación de lo más tonta, y HaeChan echaba humos por las orejas. Solo un tonto no lo notaria, y todos allí eran tontos menos ChenLe.

Un par de miradas habían bastado para comprender la situación rápidamente. Y le sorprendió enormemente que el mismisimo Mark Lee aún no lo notara. Comió de su pan relleno en silencio, esperando el clímax que se avecinaba por la expresión de su mejor amigo.

Entonces Jeno apoyó su mano descuidadamente sobre el cabello del humano y lo revolvió con genuino cariño. ChenLe comprendía por qué, Mark Lee era sumamente adorable, y por eso media escuela se hallaba hechizada por él.

Pero HaeChan había alcanzado su límite.

Le robo su pan relleno y se lo zampo de un solo mordisco. Porque no podía zamparle el rostro de un puñetazo a Mark, de eso estaba seguro. Se inclinó sobre ChenLe y le escupió una excusa entredientes antes de tomar sus cosas y salir de ahí como perro rabioso. Podía jurar que había oído sus dientes rechinar.

Aquello llamó la atención de Mark Lee, quien observó fijamente a ChenLe para voltear a la salida ansioso. Parecía un cachorrito abandonado por su dueño, otra vez.

— ¿Le pasó algo? —consultó Jeno con voz sugerente. Grandísimo tonto.

ChenLe le dedicó una mirada sarcástica y negó algo cansado.

—Dijo que había quedado con JiSung en la biblioteca.

— ¿Quién es JiSung? —la voz molesta y algo desesperada de Mark le hizo removerse en su asiento con emoción contenida. La situación se le hacía tan entretenida, como de telenovela.

—Es un amigo nuestro.

—Nunca lo vi.

—Oh, créeme lo has visto —sonrió Jeno.

—Lo conocimos este año en el colegio, solo no lo considerabas una amenaza hasta ahora —masculló ChenLe.

Mark lo observó extrañado, al parecer ni el mismo estaba al tanto de lo que sentía. Intentó incorporarse para ir atrás de HaeChan, pero Jeno lo tomó de la muñeca y negó con suavidad. ChenLe se preguntó si aquel acto desencadenaría un catastrófico desastre.

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No era que le importase.

Mierda no le importaba en lo absoluto. No podía importarle menos lo que el idiota del canadiense hacía o dejara de hacer. Idiota.

Caminaba dando pisotones torpes que hacían eco en los pasillos semivacios y atraía miradas raras y molestas. Sabía que estaba luciendo como un idiota y había pasado a llevar a varias personas, lo que comenzaba a hacerse cotidiano. Quería estar solo un momento y el único lugar al que jamás iban los estudiantes era la biblioteca. Se sentía tan molesto e irritado y sabía que esos no eran sus sentimientos propios, sino los de su lobo. Era realmente complejo e incómodo explicar como funcionaba ser un hombre lobo, sus propios padres no habían podido poner en palabras lo que iba a ocurrirle la primera vez que se presentó.

boy meets evil ;  haemarkDonde viven las historias. Descúbrelo ahora