𝓒𝓪𝓹í𝓽𝓾𝓵𝓸 𝟐𝟕

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Ya habían transcurrido unos minutos y ambos ya se habían calmado lo suficiente, se separaron y se limpiaron las lágrimas, Paul solo quería seguir abrazado a la morena, se sentía tremendamente culpable y sabía que ella lo iba a perdonar, lo que aumentaba aún más su culpa por que sabía que no merecía que fuera de esa manera con él, él no merecía a una persona tan especial como ella en su vida.

—Shas, la verdad me sentí... me sentí...¿dolido? ¿olvidado? como si me hubieras dejado fuera de tu vida y me estuvieras reemplazando con Leah, y en ese momento me dolió y me enojó el hecho de que no me tuvieras la confianza de decirme pero una vez que puse un pie fuera de la casa de Sam, me dí cuenta de por qué no me habías dicho y que no tenía nada que ver con lo que estaba pensando, y que necesito confiar en ti,  lo lamento, nunca quise causarte dolor con mis acciones.

La mirada del chico fue al suelo inmediatamente terminó la confesión de sus emociones, la vergüenza de saber que había exagerado la situación y actuado impulsivamente le impedía seguir viendo el dolor que esto causó en la morena.

Un gran peso de encima cayó de sus hombros y el dolor en su corazón se desvaneció al escuchar a Paul, ella conocía a la perfección a Paul, sabía sus defectos y sus virtudes, por lo que sabía que en algún momento su temperamento iba a causar un choque entre ellos, algo que para ella era completamente normal, a todas las personas les pasaba.

Suspiró y sonrió tentativamente al ver al chico de esa manera, con ella era la única con la que se abría de esta manera, era la única con la que se deja ver vulnerable y con la que tenía la confianza de que no iba a ser juzgado por lo que dijera o hiciera, fue la primera con la que lloró, nunca antes había llorado frente a otra persona que no fuera su mamá y en esos momentos de su vida, quería parecer fuerte ante la enfermedad que estaba acabando con ella, por lo que Shasta estuvo ahí cuando se derrumbaba.

El apreció que ambos se tenían era inigualable, la conexión era muy fuerte por lo que entendía a la perfección los sentimientos de los chicos y sabía que esas emociones y la impulsividad juntas no son buena combinación, por lo que no dudo en tomar una de sus manos y darle un pequeño apretón para que el chico la volteara a ver.

—Paul, tu reacción me lastimó,—una mueca se hizo presente en el rostro del mencionado al escuchar estas palabras— pero también puedo entender tu punto de vista y la manera en la que te sentiste, también creo que yo tengo la culpa de algo...

—No Shas...— intentó interrumpir pero la morena no lo dejó.

—Si, tu eres mi familia, sí, la manda es como mi familia, pero tu tienes una posición más importante que ellos, a ti te considero mi familia, debí de darte ese lugar al decírtelo a ti primero que a ellos o decirtelo junto a Sue, no sé...—Shasta se volvió a acercar a Paul para abrazarlo— Lo siento mucho, prometo que no va a volver a pasar, pero tu tambien prometeme que seguiremos trabajando en tu impulsividad ¿Si?.

Paul sonrió y volvió a envolver a la chica en sus brazos dejando un beso en su coronilla. — Lo prometo Shas, y otra vez, lo lamento tanto.

—Esta bien, ya estamos bien, solo que no te prometo nada con Leah— dijo la chica con gracia y mordiéndose el labio intentando suprimir una carcajada, sabía que Leah no iba a dejar pasar esto con Paul tan fácil como ella, más porque sabía cuanto significaba él para ella. Al menos un puñetazo y sus típicas miradas frías que le da a todos menos a ella y su familia, iba a estar recibiendo el chico que se encontraba abrazándola en estos momentos.

Para la sorpresa de la chica, Paul se rió—No esperaba menos— la morena hizo el intento de separarse para voltear a verlo pero el chico se lo impidió, sonriendo cuando la chica se quejo—Me alegra que ahora tengas a alguien más que te defienda de quien sea, a parte de mi, y sobre todo que seas feliz.

Shasta sonrió— ¿Y cómo sabes que soy feliz?

—Aunque no me hayas dicho nada, yo percibí un cambió en ti, tenía mis sospechas.

El celular de Shasta sonó, un nuevo mensaje le había llegado.

Los chicos se separaron y Pual no pudo contener las ganas de molestar a su amiga.

—Es Leah ¿Cierto?, ¿La dejaste plantada para venir a verme a mi? Awwww, me siento especial.

Shasta rió, negando con la cabeza, divertida ante las burlas de su amigo.

—Si es ella, pero no, no la deje plantada y si, eres especial— dijo señalando su cabeza y moviendo su dedo circularmente.

Paul se hizo el ofendido—Oyeme, ¿que tratas de insinuar?— hizo el amago de moverse para agarrarla pero la chica soltó una carcajada y se echó a correr en dirección a su casa.

Paul se quedó unos segundos disfrutando de las carcajadas y de la felicidad que en esos momentos radiaban de la morena, hace mucho que no la veía de esa forma y estaba eternamente agradecido con Leah por el ser la razón de que la morena pudiera olvidarse de la estúpida situación que estaba pasando con Jacob. Sabía que la chica todavía podía sentir el dolor y todo lo que la impronta trajo, pero en esos momentos parecía que podía olvidarse de ese peso por unos momentos y estaba dispuesto a que así fuera hasta que se pudiera solucionar la situación completamente, estaba seguro de que debía haber una forma de arreglar el error que los ancestros cometieron, Jacob no merecía a Shasta y Shasta merecía mucho más.

Dispuesto a proteger la felicidad de Shasta y, por consiguiente, la de Leah, se dispuso a perseguir a su amiga, sabiendo a la perfección que el día aún no había acabado y que un encuentro más estaba previsto para esta noche.

Lo prometido es deuda, aqui les traigo el cap 27, como pueden ver todo esto sucede en un solo dia, y aun no termina 👀faltan aun unos cuantos encuentros.

¿Quienes creen que faltan de hablar con Shasta para que ya úeda irse a descansar?

Los quiero y gracias por leer.

Nos vemos pronto.


Impronta RechazadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora