Es sábado cinco de marzo del 2022, el reloj marca la una con cincuenta y tres minutos de la madrugada. Claramente no he podido dormir.
Normalmente suelo tener un horario de sueño bastante regular por lo que no suelo contemplar las estrellas de la madrugada.
La realidad es que justo hoy tengo muchas cosas dandome vueltas por la cabeza; entre todas las cosas que me carcomen la mente esta noche, la más recurrente es la idea de ganar la lotería.
Si ganara la lotería haría muchísimas cosas, compraría casas por ejemplo, viajaría por el mundo, compraría ropa e iría a comer lo que más me gusta en cualquier restaurante con mínimo 3 estrellas Michelin.Seguramente eso haría los primeros días, pero para ser honesta, nunca he sido despilfarradora, más bien soy un poco tacaña; no niego que me daría unos cuantos gustos, pero lo que realmente haría si me ganara la lotería seria buscar la manera de hacer rendir el dinero para que mi familia y yo no volvamos a trabajar por necesidad nunca más.
Me avergüenza admitirlo, pero la verdad es que ya tengo un plan estricto para utilizar el dinero de la lotería.
Primero pagaría las deudas de mi familia, después compraría al menos tres casas y dos apartamentos, así entraría al mundo de los alquileres; después hablaría con mis primos para pagar su educación, y después me iría a vivir en Buenos Aires.
Pero bueno, mi intención no es aburrirlos con mis pensamientos, que siempre terminan llevándome a Buenos Aires.