Capítulo 3

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Buenos Aires trajo con el frío del invierno la calidez del enamoramiento juvenil. Con mi llegada C, A y yo nos volvimos bastante unidos, ellos ya tenían cierta complicidad adquirida a lo largo de seis meses, y fueron incluyéndome con el tiempo en sus bromas y sus asuntos. Lo primero que noté en A fue su sentido del humor, algo que prácticamente me hacía derretir como mantequilla en pan caliente, y sí, con el tiempo A y yo nos hicimos muy amigos y luego pareja.

Duramos alrededor de dos años y medio, entre vaivenes y deslices,  con A aprendí lo que era querer y odiar a la misma persona al mismo tiempo.
De mi relación con A no tengo mucho que decir, al final cada uno siguió con su vida y escasas veces hemos vuelto a hablar. 

Al dia de hoy puedo reparar en las vueltas que da la vida, cuando tenía 17 no podía concebir la vida sin él, y realmente me comía la torta de que él era el indicado, el único hombre con quien iba a estar, el padre de mis hijos y todas esas pendejadas más que le meten a una en la cabeza solo para reforzar la idea de que las mujeres valemos por nuestra vida sexual, como si fuéramos objetos con valor agregado por el uso o desuso de nuestra vagina.

De hecho confieso que la razón principal por la que dejé que avanzarán las cosas entre A y yo, era deshacerme de mi "virginidad". Yo realmente quería explorar mi sexualidad y quería estar con alguien en quien confiaba, pero me dejé llevar por lo que él me decía,  y terminamos montados en un barco que no avanzaba ni se movía para ningún lado, y que lo único que hacía era lastimarnos.
Por eso ahora cada vez que me gusta una persona me tengo que meter en ese  exhaustivo autoexamen de "¿realmente me gusta o estoy ovulando?" Parece fácil de identificar pero la realidad es que muchas mujeres hemos caído en relaciones sexo afectivas que no  queríamos, pero que lo que si buscábamos era sexo; y esto suena absurdo,  lo sé,  pero algunos hombres por mucho que vociferen ser mente abierta, realmente no lo son; porque en el momento en que una mujer les dice "solo quiero sexo" se les encojen las dos de abajo y se echan para atrás, no lo pueden asimilar, en su mente no existe la posibilidad de no jugar con la mente de la chica, no existe.
Si no me creen, hagan la prueba, cuando somos directas en querer solo encuentros físicos ellos quieren ir despacio o quieren ver que se da, pero si es una la que quiere ir despacio, pues claro, ellos quieren solo sexo.

En la Ciudad De La Furia Donde viven las historias. Descúbrelo ahora