Y tan delgado es ese sentimiento de vacío,
de depresión, de intervalo.
Cuando enloquece esa chispa desde lo profundo del alma
de un ser desdichado.
No se sobrelleva esa mirada triste,
esos ojos marchitados.
Llenura de esperanza, de aceptación, de dolor
con sabor descafeinado.
Ese siempre ha caído, ha dañado, ha aprendido
en la espera de ser salvado.
El ardor amargo de la sutileza, la cercanía
de un sueño jamás logrado.
Instantes en que no valen los olores desconocidos,
instantes eternisados.
Luego pasa y se envuelve en la leyenda,
en las hojas del pasado.
Ya no se sienten los surcos húmedos,
de un rostro climatizado.
No es lo perdido,
sino lo alcanzado.
Voz del vacío
que ha sido llenado.Y.D