Embarazada de Kim Nam-joon

No estás sola en esto

Te quedaste completamente en shock: el chico que te había robado el corazón resultó ser el padre biológico de tu hijo y encima tenía novia. Le reprochaste el hecho de que te hubiera estado ocultando tantas cosas y le dijiste que dudabas de que si algo de lo que te había contado en esas largas horas de charla que habíais tenido era real. El te insistió en que esa chica no era su novia: era una chica que había estado conociendo, que se habían enrollado alguna vez pero que no era su novia formal ni mucho menos (y que evidentemente no sabía que ella aparecería allí aquella noche), y que no te había contado nada ni de ser el padre del niño ni de esa chica porque no había encontrado el momento ideal para hacerlo. Tú le dijiste que el momento idóneo para hacerlo había sido cuando unos minutos atrás te había besado y te había dicho que empezabas a gustarle mucho. Ahora fue a JK a quien se le cayó el vaso al suelo. Estabas tan enfadada y tan llena de ira que ni recuerdas todo lo que llegaste a decirle mientras lágrimas de rabia y desilusión recorrían tus mejillas. Cuando quisiste abandonar la sala RM te pidió que no lo hicieras y te agarró del brazo, pero tú simplemente te giraste y le diste una fuerte bofetada en la cara que resonó en el silencio absoluto que se había hecho. Le insultaste una vez más y le pediste que te olvidase y que jamás volviera aparecer en tu vida.

Notaste como Namjoon quiso seguirte cuando te fuiste de aquella sala pero el manager, muy enfadado, le regañó en coreano. Seguramente le estaría recordando que en menos de diez minutos empezaba el concierto y que no era momento de problemas de faldas. 

Al día siguiente BTS viajaban a otro país así que estabas tranquila sabiendo que semejante personaje no aparecería por allí, pero él seguía llamándote y enviándote mensajes que evidentemente no contestabas. Tu prima trabajaba en un bufete de abogados así que le pediste que le mandase una notificación, como tu representante legal, pidiéndole que te dejara en paz de una vez por todas. Un par de horas más tarde la representante legal del grupo respondió a dicha notificación disculpándose por las molestias y asegurando que su representado no volvería a molestar. Y así, sin más noticias de Namjoon, fueron pasando los días. 

Tan solo quedaba una semana para que naciera tu bebé. Hacía ya un tiempo que tenías dolores pero te dijeron que eso era porque el bebé se estaba encajando y que era normal notar molestias los días previos al parto. Como en tu caso iba a ser una cesaría y no parto natural, la doctora te aconsejó hacer reposo absoluto para evitar acelerar el proceso, así que simplemente te pasabas los días tumbada en la cama. Pero los dolores cada vez eran más fuertes y como no podías tomar ninguna medicina debido a tu embarazo la verdad es que sufrías bastante. Pero la noche de ese martes el dolor ya era tan insoportable que no podías ni dormir: estabas convencida de que el bebé ya estaba de camino así que llamaste a tus padres, que dormían a dos habitaciones de distancia, diciéndoles que habías roto aguas ya que notabas como si te hubieras hecho pipí, pero cuando llegaron ellos os disteis cuenta de que aquello no era agua: estabas completamente rodeada por un gran charco de sangre.

De inmediato te llevaron al hospital y te ingresaron. Las noticias no eran para nada buenas: algunos de los bultos que tenías habían dañado la placenta y parte de la matriz. Te hicieron varias pruebas y te dijeron que tenías una gran infección: debían tratarte de inmediato y sacarte la matriz ya que tu vida corría peligro debido a que la infección se estaba extendiendo por todo el cuerpo. Te pusieron varios sueros y te dijeron que lo antes posible, en uno o dos días, te sacarían la matriz. De inmediato pediste que no te pusieran ningún medicamento fuerte ya que eso no era bueno para el bebé pero el doctor tan solo te dijo:

-En ninguna de las pruebas que hemos realizado se escucha el latido del corazón del niño. Lo siento mucho, pero ahora debemos centrarnos en salvar tu vida-

Te pasaste la noche entera llorando, habías perdido al que sin verle se había convertido en la persona más importante de tu vida: tu hijo. Pero no fuiste la única en hacerlo: tus padres y tus amigos también lloraron contigo, en especial tu mejor amiga que sabía lo importante que era ese embarazo para ti. Tal y como te habían comentado, a la mañana siguiente te trasladaron al hospital de la capital, que era donde estaban los mejores doctores y mandaban a los casos más graves. Sorprendentemente te trasladaron en helicóptero.