Los problemas de Shiryu

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Shun

Hoy desperté y sentí que seria un gran día, los pájaros cantaban, había una brisa fresca, típico de una buena madrugada, poco trafico, algo muy raro, un buen desayuno, todo listo y todo perfecto. Definitivamente este sería el día en que me confesaría mis sentimientos hacía June.

Estaba maneando mi motocicleta, disfrutaba todo a mi alrededor, el cielo alumbrándose de poco a poco, veía como algunas personas iban presurosas o mal encaradas directo a sus trabajos, no entendía porque la actitud si hoy es el día perfecto.

Estacioné mi moto y me adentré a las instalaciones, casi no había nadie puesto que llegué una hora antes y normalmente todos llegan como quince o cinco minutos antes de que se de la hora de inicio de clases y más siendo el primer día después de las vacaciones de invierno.

Me senté en el suelo mientras revisaba mi celular cuando de repente alguien me empujó a un lado...

-Hey- digo y levanto la mirada

-Hola- saludó alegre Seiya

-Oye, tus costumbres no cambian solo evolucionan- le dije sobándome el brazo

-No seas grosero y salúdame

-Hola Seiya- dicho esto chocamos los puños- ¿Y ese milagro?, ¿por que llegaste temprano?

-Ah pues, Seika me obligó, literalmente, me sacó de la cama y me pegó con la escoba y ya después ella me trajo aquí

-Eso te lo mereces por flojo

-Disculpe señorito responsable, que ni si quiera se atreve a declararse a su amiga- me dijo enseñando su lengua como un niño pequeño

-Ah, ¿eso crees?, pues adivina que, hoy es el día, se o voy a decir a June

-No te pases...¡¿en cerio?!- gritó casi dejándome sordo

-Si pero no grites menso

-Lo siento es que esto es...WOW- mencionaba brincando

-Que te cayes perico- le reclame tapándome los oídos

-Hola chicos, ¿qué hacen?- en eso se acercó Hyoga

-Que aquí el pelos de lechuga se le va a declarar a la pelite...- no terminó de hablar porque le metí una servilleta a la boca, provocando que casi se la tragara completa

-No te creo- me miró emocionado

-Tal ves sea verdad je je

-¡SIIIIII!- gritó a todo pulmón y tarándose al suelo, captando la atención de todos

-¡Cállate!- dicho esto también le metí una servilleta por la boca- Pero que maña tienen ustedes de gritar, son unos ...

-Hola hermano e idiotas, ¿que tienen en la boca?- habló confundido mi hermano mientras los tenía agarrados del cuello

-Ah nada...- conteste nervioso sin embargo, Seiya se quitó la servilleta

-Shun se le va a declarar a la güerita

-¿Es cierto?- preguntó viendo a Hyoga, a lo que este asintió muchas veces

-¡Vaya! al fin dejaste de ser un niño asustadizo, suerte, me voy- por primera vez pude ver a mi hermano sonriendo y riéndose solo, nunca lo ha hecho ni una sola vez

-¡Agh!, ahora tenemos que esperar a Shiryu para decirle, tenemos que armar un plan- respondió soltándose de mi agarre

-Tienes razón, ¡agh! Seiya, Shun si que eres fuerte- hizo lo mismo que él

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