Capítulo 37: Andriano y su verdad.

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Dante

Salgo de la habitación para caminar hacia mi despacho que es donde me espera mi amigo. Andriano ha estado actuando muy raro y se que es porque algo le preocupa y se que no es nada bueno.

Una vez, llegó al lugar abro la puerta y lo encuentro caminando de un lado a otro, pero sus pasos se detienen cuando nota mi presencia.

-Andriano.-saludo asintiendo levemente.

-Que bueno que has venido estaba a punto de enloquecer.-me dice frustrado.

-Sentémonos.-le pido al tiempo que me siento y el repite mi acción.-¿De qué querías hablar?-le pregunto intrigado por su nerviosismo.

-Me acabo de enterar de algo que me ha dejado desencajado.-me explica moviendo sus piernas en señal de ansiedad.

-¿Y qué es?-le pregunto confundido.

-Tengo un hijo.-me dice provocando que abra los ojos como plato, jamás se me hubiese pasado eso por la cabeza.

-¿Un hijo? ¿Cómo te enteraste?-le pregunto sin poder salir de mi asombro.

-Asi mismo me puse cuando me enteré.-dice tenso.-¿Te acuerdas de lo que te conté que pasó con esa mujer hace cinco años?-pregunta y asiente entendiendo hacia donde va el tema.

-Ella quedó embarazada en su último encuentro.-respondo comprendiendolo todo.

-Exacto, y la muy desgraciada jamás me dijo nada, he perdido cuatro años de la vida de mi hijo por su culpa.-dice con resentimiento.

-Comprendo tú punto, pero también la entiendo a ella. La última vez que la viste le dejaste en claro que había sido un error y que la odiabas por ser una de las que dañaron a tú hermana.-le recuerdo.

-Si, y lo es, ella también lastimo a mi hermana y eso jamás podré perdonarlo. Además, no debía ocultarme la existencia de mi hijo.-dice con voz dura.

-Lo comprendo, pero de seguro tuvo miedo de decírtelo porque creyó que se lo quitarias, después de todo la odias.-le digo con seriedad tratando de comprobar una de mis teorías.

-Pues eso haré si no me permite verlo, ella me quito el derecho de verlo crecer así que no me temblará la mano para quitárselo.-dice cegado por la furia.

-Ahi si que no estoy de acuerdo. El niño necesita de sus dos padres y por el bien de él lo mejor que pueden hacer es hablar y llegar a un acuerdo.-le aconsejo.

-Solo quiero lo mejor para mi hijo.-asegura con seriedad.

-Y ella también lo desea así que lo mejor es que traten de llevarse bien.-le digo observando cada uno de sus movimientos.

-Si, y lo mejor será que ese tipo que dice ser su amigo no se acerque más a ellos.-dice apretando sus puños sobre el escritorio, y tengo que contenerme para no sonreír porque sabía que había más. Él muy idiota está celoso y eso solo confirma que no la ha olvidado.

-¿Así que el tema va por ahí? ¿Celoso, amigo?-le pregunto solo para molestarlo.

-¡No estoy celoso! Solo no quiero que mi hijo crea que es su padre cuando yo lo soy.-se defiende para nada seguro.-Jamas podría sentir algo así por esa mujer porque estaría traicionado a mi hermana.-dice tratando de creerse sus palabras.

-¿Y dejarías tu felicidad por cosas del pasado? ¿Acaso odias a tú hijo por la que es su madre?-le pregunto.

-¡Por su puesto que no!-exclama enojado.-Es mi hijo, él no tiene la culpa, solo la odio a ella que es una de las culpables.-repite al tiempo que se levanta de la silla.

Amor sincero.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora