✩⋆⚡︎⋆✩⋆⚡︎⋆✩⋆⚡︎⋆✩⋆⚡︎𝙲𝚊𝚜𝚒⚡︎⋆✩⋆⚡︎⋆✩⋆⚡︎⋆✩⋆⚡︎⋆✩
Me encontraba en mi recámara arreglándome para ir a la Copa mundial de Quiddich, aunque mi padrino no fuera, yo si lo haría. Quería divertirme porque desde hace tiempo no lo hacía. Me puse mi chaqueta negra y los lentes de sol que había comprado hace unas semanas. Se escucharon pequeños golpes en la puerta de mi recámara
—Pequeña ¿ya estás lista? —hablo mi padrino desde el otro lado
—Si, ya bajo —me miré por última vez en el espejo y baje corriendo las escaleras, encontrándomelo frente a la puerta principal
—¿Llevas tu varita? —pregunto cuando llegue hasta el, así que metí mi mano en una de las mangas de mi chaqueta y saque la varita con un gesto burlesco —prométeme que te cuidarás mucho
—Lo prometo —lo miré de forma divertida —¿ya me puedo ir?
—Si... y recuerda que si necesitas algo puedes acudir a los Weasley —asentí con la cabeza y lo abrace —toma —me extendió una mochila y yo lo miré con extrañeza —aquí llevas lo necesario... la tienda de campaña, comida, bebidas, galeones y algunas monedas muggles para que pagues la reservación de tu parte —le sonreí tomando la pequeña mochila —cuídate —esta vez sonaba severo
—Lo haré... gracias —le sonreí dulcemente
Abrí la puerta principal y comencé a caminar, era un trayecto demasiado largo pero valía la pena. A lo lejos miré aquella pelota azul de futbol muggle que mi padrino me había indicado, por instinto la toque con mi mano y llegue a Dartmoor, Gran Bretaña donde se jugaría el Mundial. Sonreí de oreja a oreja mirando muchas tiendas de campaña al rededor. Camine buscando a la persona a cargo de asignar el pedazo donde pondría mi tienda, pero para mi torpeza choque con alguien
—Perdone, estaba distraída y no me fije —me disculpe muy apenada con el señor
—No se preocupe... —dijo con una sonrisa en su rostro —¿ya la había visto antes? —negué con la cabeza —bueno, juraría que si
—Es la primera vez que vengo por aquí... no creo que nadie me conozca —explique
—¿Cuál es tu apellido? —preguntó y no supe que decir
—Black —susurre evitando su mirada, que probablemente me estaba juzgando en aquel momento
—Entiendo, tienes que ir al primer prado, por aquella dirección... y busca al señor Roberts, él te ayudará —me sonrío y yo asentí
—Gracias... —camine en la dirección que señaló y encontré una casita de piedra rodeada de una reja —Emmm... ¿usted es el señor Roberts? —pregunté al señor que estaba sentado en las escaleras de tal casa
—Si, soy yo... y ¿tú quien eres?
—Soy Casiopea Black, tengo una tienda reservada desde hace unos días
—Deja revisó —se giró para mirar una lista clavada en la puerta —Si, estás en la parcela de arriba a lado del bosque -sonrió amablemente, la cual no correspondí, solo le di una mirada de pocos amigos, no me agradaba la gente para ser honestos -solo una noche ¿no es así?
—Si —respondí secamente
—¿Pagarás ahora? —asentí y saque el dinero que me había dado mi padrino
¡Mierda eran dos monederos!, saque uno y ¡acerté!; le entregue el dinero y espere mientras él buscaba el cambio
-Eres la única persona normal de por aquí que ha venido -sonrió mientras seguía buscando el cambio en su lata
-No es por ser grosera, pero no necesito entablar una conversación ahora... solo déjelo así -dije sin más, escuchando de fondo una voz familiar
-Señorita Black -escuché pero hice caso omiso, y camine en la dirección señalada por el señor Roberts
Al llegar a mi parte me quite la mochila para sacar mi tienda, no entendía muy bien que tenía que hacer, hasta que leí las instrucciones puede armarla perfectamente. Retrocedí unos pasos para ver mi tienda y escuché las pisadas de un grupo de personas acercándose; entre rápidamente para no hablar con nadie... no me gustaba charlar con las personas y menos las que me juzgaban por ser una Black.
Acomode las cosas que llevaba en mi mochila por toda la tienda; era muy espaciosa para ser verdad. Salí un poco para tomar aire cuando vi a tres chicos alejándose con una cubeta en manos, en ese momento agradecí que mi padrino pusiera botellas de agua; volteé a mi lado derecho donde había tres tiendas más, en dos de ellas estaba la familia Weasley. Ahora entendía porque aparto este lugar mi padrino, no se cansaba de decirme sobre los Weasleys y la ayuda que me podrían brindar.
-Jovencita ¿cómo estás? -saludo el señor Weasley saliendo de la tienda
-Muy bien, gracias... y ¿usted? -pregunté educadamente
-Muy bien... estoy tratando de encender un poco de fuego para hacer la comida, pero es imposible; no entiendo como los muggles lo hacen ver tan fácil
-¿Quiere que lo ayude? -me ofrecí
-Claro ven -me hizo una seña con su mano para que me acercara
Miré a dos chicos altos pelirrojos mirándome fijamente, y una chica pelirroja con los ojos muy abiertos
-¿Quien es ella papá? -pregunto uno de los chicos
-La Joven Black -sonrió a sus hijos
-¿Tiene fósforos señor Weasley? -pregunté en su dirección, antes de que me los presentara
Me entregó la cajita de fósforos que tenía en manos, y para encenderlo más rápido me senté en el césped, saque uno y lo encendí sin más
-¡Vaya! -exclamó de sorpresa, mientras dejaba caer el fósforo en los troncos de madera que habían puesto
-Listo -dije parándome de un salto cuando vi que la madera ya empezaba a quemarse
-Gracias -dijo antes de darme la vuelta
-No hay de qué -camine a mi tienda y entre al ver a los tres chicos caminando de regreso
ESTÁS LEYENDO
𝙼𝚒 "𝙿𝚊𝚛𝚊 𝚂𝚒𝚎𝚖𝚙𝚛𝚎" 𝚗𝚘 𝚎𝚡𝚒𝚜𝚝𝚎 [𝚃𝚑𝚎𝚘𝚍𝚘𝚛𝚎 𝙽𝚘𝚝𝚝]
Fanfiction"𝕋𝕖 𝕒𝕞𝕒𝕣𝕚́𝕒 𝕕𝕖 𝕔𝕦𝕒𝕝𝕢𝕦𝕚𝕖𝕣 𝕗𝕠𝕣𝕞𝕒, 𝕖𝕟 𝕔𝕦𝕒𝕝𝕢𝕦𝕚𝕖𝕣 𝕞𝕦𝕟𝕕𝕠, 𝕔𝕠𝕟 𝕔𝕦𝕒𝕝𝕢𝕦𝕚𝕖𝕣 𝕡𝕒𝕤𝕒𝕕𝕠" Hace mucho tiempo existió una pequeña con una profecía muy importante para todo el mundo mágico, se trataba de la peq...