CAPÍTULO 2

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     El correr de los días pasaba tranquilamente entre los tres jóvenes que de una manera u otra encontraban el momento para leer o escribir un mensaje a sus otros dos pretendientes. Obviamente aun desconocían el hecho de que se estaban coqueteando en simultáneo, y con cada día que pasaba era más firme la decisión de conocerse frente a frente.

     Los primeros en planear una cita, luego de tres semanas de constantes pero muy placenteras charlas fueron Jimin y Jungkook que, según lo que la aplicación les sugería, su mejor opción era verse el sábado en un bar alejado del centro que quedaba a una distancia prudente para ambos, y que además contaba con servicio de karaoke.

     El rubio fue quien hizo la invitación, ofreciéndole al pelinegro de encontrarse en dicho sitio el sábado por la noche, a lo que Jungkook aceptó más que gustoso.

     "Bien, al fin podré conocer a uno de ellos" pensó Jimin, y terminando de ultimar los detalles de su encuentro con Jungkook, se dirigió a la conversación que llevaba con Taehyung, y observando nuevamente las recomendaciones de la aplicación, su primer cita podía ser recién el otro fin de semana, algo que el castaño también esperaba ansioso.

     "Bien, al fin podré conocer a uno de ellos" pensó Jimin, y terminando de ultimar los detalles de su encuentro con Jungkook, se dirigió a la conversación que llevaba con Taehyung, y observando nuevamente las recomendaciones de la aplicación, s...

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     El sábado y su estrellada noche se hicieron presentes mientras Jungkook terminaba de aparcar su auto fuera del bar que Jimin le había propuesto. Bajando del vehículo, se peinó un poco su oscuro cabello y se miró en uno de los espejos laterales del auto, chequeando su outfit que consistía en un jersey bordo con cuello alto bien pegado a su musculoso cuerpo, pantalones de jean azules, un cinto negro rodeando su cintura y borcegos del mismo color.

     Observó atentamente el bar, contemplando lo grande y luminoso que se veía. Cuando su escaneo finalizó en la entrada del lugar, vio como una bella y elegante figura se hacía presente en su campo de visión.

     "Oh... por... Dios... ¡Que hermoso es!" se dijo a sí mismo Jungkook, escudriñando con sus oscuros ojos el porte de Jimin.

     Este vestía una camisa blanca ceñida a su esbelto cuerpo, con el primer botón de la misma desabrochado, dejando lucir sobre su blanquecino cuello un collar plateado. Sus piernas iban fundidas en un pantalón negro de un material un poco brilloso, y en sus pies lucía unos zapatos negros con un poco de taco. Como detalle final, tenía toda su platinada cabellera hacia atrás, dejando solo un corto mechón cayendo sobre su frente.

     —Tu eres Jungkook, ¿verdad? —dijo Jimin, mirándolo atentamente de arriba abajo.

     —Sí. Un placer conocerte al fin, Jimin —respondió el pelinegro, extendiéndole su mano.

     —Realmente lo es —aseguró el rubio, estrechando la mano de ese atractivo joven y pasando apenas la punta de su lengua por sus dientes superiores.

     —¿Quieres que entremos? —sugirió el menor, indicando con su cabeza hacia el lugar.

     Jimin respondió con un leve asentimiento y regalándole una luminosa sonrisa, se dirigieron juntos al interior del bar para comenzar con su cita.

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