Capitulo 20: Volvemos como antes

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–Voy en camino.– colgué la llamada y corrí hasta el ascensor.

Cuando llegué al primer piso, encendí el auto y fui al hospital que Rowan me había indicado por mensaje. Pregunté en recepción por Betty, me indicaron la habitación y cuando llegue allí estaban Sabrina y Rowan.

–¿Que le sucedió?– pregunté en cuanto recupere el aire.

–Cuando te fuiste, me arme de valor para decirle sobre mi relación con Sabs, ambas empezamos a discutir, se le atravesó a un auto y se dio un fuerte golpe en la cabeza que la dejó inconsciente.– explicó Rowan con desesperación.

–¿Pero está bien?–

–Dicen que está estable, pero no ha despertado desde hace una hora.– contesto Brina preocupada.

–Descuiden, ella se pondrá bien. Es Betty de quien estamos hablando.– intenté calmarlas con una débil sonrisa.

–¿A donde fuiste? En el instituto parecía que hubieras visto un fantasma.– preguntó Rowan y la imagen de Olivia besándose con Cassette volvió a aparecer.

–Yo...– cuando empecé a hablar, un pitido descontrolado empezó a sonar de la máquina a la que Betty estaba conectada.

Los doctores llegaron, nos sacaron de la habitación y duraron veinte minutos haciendo dios sabe que con nuestra amiga. Las tres estábamos desesperadas, no nos hallábamos y caminábamos de un lado a otro. El doctor salió con sangre en sus manos ¿por qué? Ni idea, pero su rostro le decía algo que me negaba a aceptar.

–Familiares de Elizabeth Carpenter.– dijo en voz alta y las tres nos levantamos de un salto.

–¿Como está mi madre?– preguntó Brina intentando aguantar las lágrimas.

–Tuvimos que sacarle el riñón izquierdo... no sobrevivió a la intervención. Lo siento.– explicó el hombre agachando su cabeza pero yo fruncí el ceño.

–Pero si solo fue un golpe en la cabeza.– comente algo confundida mientras Rowan consolaba a Sabrina.

–¿Está cuestionando cinco años de medicina?- el doctor levantó una ceja indignado y yo levanté mis manos con inocencia.

–Lo siento, solo era una pregunta.–

–La señora Carpenter pidió que las tres leyeran su testamento junto a su cadáver, por favor acompáñenme.–

Las tres caminamos hasta la habitación que tenía sangre por todos lados como si hubiera habido una masacre, nos sentamos al lado del cuerpo cubierto con una sábana blanca de nuestra amiga y madre, Betty. El doctor nos entregó unos sobres y nos dejó solas junto al cuerpo.

–Léela tú, _______.– pidió Sabrina sacando la carta.

"Mis queridas pulgosas, se que cuando estén leyendo estoy ya estaré en un lugar mejor... espero que tomando Piña colada en una playa privada con la secretaria sea mi paraíso. Pero ese no es el punto, quiero que cuando lean esta carta vena en el interior del sobre al con lo que no pasaran hambre nunca más"

Su sexy Betty.

Las tres miramos en el interior del sobre y sacamos una cuchara de plata y casi me echo a reír.

–Hasta muerta es tacaña.– comentó Rowan guardando la cuchara de mala gana.

–¡TE ESUCHE!- gritó en cuerpo de Betty quitándose la sábana cubierta de sangre.

Las tres gritamos lanzándonos al suelo mientras esa mujer del demonio se carcajeaba junto al doctor que entraba llorando de la risa.

–¡¿Las viste, Pet?! ¡Casi mueren!– exclamó Betty entre carcajadas chocando manos con el doctor.

–¡ELIZABETH JUANITA GATES CARPENTER!– gritó Sabrina roja del coraje y ella agachó la cabeza como perrito regañado y paró de reír.

Ahora quienes reíamos éramos Rowan y yo.

–¡JUANITA!– gritamos volviendo a reír agarrándonos los estómagos.

–No les digo sus cuatro cosas nada más porque Sabrina me pega con la chancla.– refunfuño cruzándose de brazos.

–¡¿Porque nos hiciste eso?!– exclamó Brina colocando las dos manos en su cintura.

–¡¡VENGANZA!!– gritó soltando un grito de guerra. –Me mintieron por dos meses sobre su relación.– nos señaló a las tres.

–¿Y yo que tengo que ver?– me señale limpiando mis lágrimas, esta vez eran de risa.

–Tu fuiste quien me lanzó el sable de luz para que "perdiera la memoria" también tienes el pecado encima.— me acusó cruzándome de brazos.

–¿Ósea que no perdiste la memoria ese dia?– preguntó Rowan impresionada.

–No, las escuché mientras peleaban. Solo fingí que la había perdido para ver cuando te dignabas a decirme, alíen.–

–Bueno, lo siento. Pero cada persona que se acercaba a Sabrina terminaba con su pie en el trasero, tenía miedo.– explicó Rowan tomando la mando de Brina.

–¿Ahora tienes algo que decirme, Blanchard?–

Rowan respiro profundo y entrelazó su manos con la de la rubia mirando fijamente a la mujer en la camilla.

–Amo a tu hija, Betty. Quiero cuidarla, respetarla y amarla por el resto de mi vida... ¿podrías darnos tu bendición?–

Betty sonrió y se levantó de la camilla abrazando a ambas chicas.

–Claro que si, alíen... pero rómpele el corazón y te saco los ojos mientras duermes.– le advirtió con su sonrisa macabra y Rowan asintió con miedo.

Yo sonreí débilmente, al menos mi mejor amiga era feliz al lado de la mujer que quería. Betty se separo del abrazo y descubrió que no estaba tan feliz.

–¿Todo en orden, _______?– preguntó viniendo hasta mi.

Cuando la mire a los ojos me rompí y empecé a llorar mientras ella me abrazaba.

–¿Que sucedió?– dijo con voz suave mientras acariciaba mi espalda.

–Olivia... y Joshua...– solté como pude en medio de lágrimas.

–Entiendo, pequeña.– susurró Betty abrazándome con fuerza hasta que pare de llorar.

–No sabe de lo que se pierde.– Rowan me abrazó por los hombros y me sonrió.

–Row tiene razón, ella prefirió a ese engreído que solo tiene billetes para presumir. Tú tienes un encanto único, _________.– Brina también vino a abrazarme.

–Mira el lado bueno, te liberaste del contrato, eso significa... ¡Noche de putas!–

–¡Siii!– gritó el doctor quitándose la bata y uniéndose en un abrazo grupal que me hizo reír.

–¡Tú estás casado, Peter!.– exclamó Betty rompiendo el abrazo.

–¡Mi mujer tuvo un bebé y no podemos hacer nada!– respondió el hombre y al parecer Betty se compadeció de él.

–De acuerdo, vámonos. Debo quitarme toda esa sangre falsa.– empezamos a caminar hasta la salida.

–¿Quien dice que es falsa?– peter se cruzó de brazos y Betty abrió sus ojos sorprendida

–¡Peteeeer!–

𝑃𝑖𝑧𝑧𝑎- 𝑂𝑙𝑖𝑣𝑖𝑎 𝑅𝑜𝑑𝑟𝑖𝑔𝑜Donde viven las historias. Descúbrelo ahora