INEFABLE. Después de ella

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🟌THE ESPECTED FAMILY DINNER🟌

9 de marzo.

La fiesta de Ashton es esta noche, y no para de darme la lata. Que si Enzo has de ir por el alcohol, que si Enzo sabes si vendrá Natalia..., que si Enzo esto, Enzo lo otro...

Una pesadilla.

¿En qué momento me tocó un mejor amigo tan pesado?

No me quejo en general, solo a veces. Bastantes. O muchas.

Ash se ha pasado por mi apartamento a las ocho porque no quería dejarse nada de lo que debíamos hacer y preparar para la fiesta.

—Enzo, es mi día, levántate si no quieres morir esta noche ahogado en algún tipo de alcohol que te voy a obligar a ingerir hasta que te ahogues tu solito —me ha dicho en la puerta de entrada mientras no para de picar la puerta.

Después de esa amenaza no he podido evitar no abrirle, muy a mi pesar.

¿Quién viene a las ocho de un puro domingo a las ocho para ir a comprar? Exacto, nadie. Solo él. ¿Dónde ha quedado eso de dormir hasta las doce y dejar descansar a la gente antes de volver al trabajo un lunes?

Menos mal que el supermercado al que íbamos estaba abierto —que por cierto no abría hasta las diez—. Y ahora podias encontrarnos en el supermercado, en el que Nick dejó libre a Karla dentro del carrito y se cargaron una sección de bebidas y después huyeron como si hubieran robado un diamante.

Finalmente lo pagamos TODO lo roto porque pillaron la matrícula del coche.

Estamos en este supermercado porque la fiesta la vamos a celebrar en la fraternidad.

No he vuelto a pisarla desde que me fui un mes después de su muerte. No lo soportaba, todo eran recuerdos de ella, y parecía ser un Zombie. No dormía, tenía pesadillas sobre el día que la encontré tirada. Y a cada habitación a la que entraba pensaba en algún recuerdo de ella y dolía. Dolía horrores.

Me tuve que ir, y todos lo entendieron, menos Ash, se enfadó conmigo al principio, pero luego lo entendió, porque él también se fue, porque estaba pasando lo mismo. Creo que lo que le enfadó fue que lo dejara solo con los recuerdos de los últimos meses.

No la había vuelto a pisar, y estoy muy nervioso por ello.

Joder si estaba nervioso.

Pero Ashton tiene la fijación de hacerla ahí. Y si el niño la quiere celebrar en la Alpha Due, la celebraremos ahí.

Y que Christian, su hermano pequeño, esté en la fraternidad no ayuda, porque eso nos da vía libre para hacer lo que queramos. No es que no pudiéramos, somos ex-Alpas Due, lo que implica que si queremos ir al edificio ese podemos ir y hacer lo que queramos. Menos dormir.

—Pilla unas veinte botellas de todo un poco. Me han dicho que traerán dos o tres barriles de cervezas.

Vamos a ser unos cincuenta mínimo.

—¿Quien?

—Nick.

No digo nada, y agarro un poco de todo. Whisky, tequila, vodka, ron, ginebra y algunos más.

Puede que sea domingo, pero las ganas de emborracharse nadie se las quita. Yo incluido.

—Vamos a por los vasos de plástico. Y el hielo.

Lo sigo arrastrando el carro, porque él no quiere hacerlo, claro está. Mientras vamos a la sección de vasos la gente nos mira curiosa. Normal, tenemos como cuarenta kilos de alcohol.