Capítulo 09

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Resumen: Seiya está recuperándose aún de la batalla contra Hades, Shun ha estado cuidando de él, pero un ataque imprevisto está a punto de cambiar las cosas en la mente del Pegaso... ¿Qué pasa con Shun?

Serie: Saint Seiya.

Personajes: Shun de Andrómeda, Seiya de Pegaso, Sahori Kido/Athena, Shiryu de Dragón, Hyoga del Cisne.

Pareja: Shun-Seiya.

Género: Romance-Drama.

Rating: T

Advertencia: ---

Capítulos: 09/18

Palabras: 2249

Notas:

Fecha: 26/11/2021

Beta Reader:

Disclaimer: Todo lo referente a Saint Seiya pertenece a Masami Kurumada y a la Toei.



Certeza amarga.


Capítulo 09.


Las luces del puerto le quitaban belleza a la noche tal y como estaba, con el cielo estrellado y limpio. Seiya llevaba al menos dos horas despierto, observando el afuera sin más que hacer que contener sus movimientos y sus esporádicos suspiros al mínimo; pues sabía que, a pesar de las respiraciones tranquilas de un aparente sueño, tanto Hyoga como Shiryu estaban constantemente pendientes de él.

Las pesadillas no habían vuelto a acecharlo esa noche, pero aun así no había podido mantenerse en las tierras de Morfeo por mucho tiempo. La idea de ver a Shun alejándose de la costa envuelto en una gruesa neblina había cambiado extrañamente, a una imagen que quizás aun no estaba listo para asimilar. No sintió la presencia de Perseo, y este tampoco acudió a su llamado, cuando pidió por él; no que esperara tal cosa, ya que el héroe mitológico solo obedecía a Shun... O a Andrómeda en verdad.

Pero todo aquello lo tenía un tanto inestable, más que con los últimos acontecimientos de su vida. Y no quería pensar en Shun, al menos no hasta que los recuerdos frescos de su sueño se alejaran un poco, y no causaran más estragos en su cuerpo... Pero pensar en Sahori y en lo injusta que estaba siendo con su Santo, con su amigo y fiel protector, le dolía aún más.

Seiya no podía engañarse, amaba a una de las dos mujeres que ocupaban ese cuerpo mortal... Pero a la mujer que amaba no era exactamente Sahori.

Shun se lo había dicho una vez, y no le pareció tan raro escucharlo, como darse cuenta que su compañero tenía toda la razón del mundo. Todos ellos, sin acepción amaban a Athena, porque su Cosmo llamaba a eso, a amarla pura e incondicionalmente. Pero Athena no era Sahori, y Sahori sin ninguna duda... No era, ni nunca seria Athena.

A Seiya no le costó convencerse de eso, su relación con Sahori era muy distinta que con su par mitológico. Lo había sido desde pequeños... Quizás era más debido a la crianza que recibió viviendo en la mansión Kido. Tal vez, si las cosas no se hubieran torcido, y ella hubiera estado en el Santuario desde un principio, sería totalmente distinta a la Sahori que él conocía.

Claro que ella ni siquiera llevaría ese nombre, y muy probablemente ellos jamás hubieran ido a convertirse en Santos... Ni mucho menos serian amigos hoy.

Seiya dejó escapar un nuevo suspiro, oyendo el movimiento de Hyoga en el suelo. Afortunadamente el Santo del Cisne no despertó, lo cual fue un gran alivio para Seiya. Aun no sabía cómo mirarlo a los ojos luego de su arrebato infantil.

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