κρίσιμος

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——Deben jurar no revelar nuestra identidad como raza, pues si lo hacen, Ártropos se encargará de ustedes ——dijo amenazante Zeus.

——Lo juro ——Habían dicho al unísono sin poder dejar los ojos del otro, totalmente embobados.

Enamorarse a tal punto era... Asqueroso.

Para otros dioses era tan solo repugnante. Bajar al mundo humano era el peor castigo, y que esos dos locos enamorados prefirieran bajar al nefasto mundo mortal, que morir, tan solo indicaba que realmente les faltaba un tornillo en la cabeza. Y se lo merecían.

Ahora que ya no estarían, muchos de los dioses estaban contentos con la nueva asignación de poderes. Perséfone pasaría a suplir a Hades y Afrodita a Eros.

Todos los dioses implicados habían elegido quedarse para poder presenciar el momento histórico, por primera vez un exilio. En la tribuna se podían observar muchas reacciones diferentes. La que más llamaba la atención era la del dios de la guerra y la del dios de la belleza.

Nadie entendía por qué lloraban cabizbajos en silencio, agarrados de la mano, pero suponían era por la cercanía de los prontamente exiliados.

Soobin levantó la mirada un momento al estrado para buscar a alguien. Cuando su mirada se fijó en el espacio que ocupaban las tres Moiras, sonrió con melancolía e hizo contacto visual con cada una de ellas, para despedirse.

Todas se veían serías, pero cuando sus ojos se encontraron, Soobin supo que las extrañaría mucho; Cloto le mostró una sonrisa diminuta que luego escondió, Láquesis negó con la cabeza... Y Ártropos... Ella, felizmente para él, después de una súplica con la mirada por parte de Soobin, asintió viéndose exhausta.

Ahora estaba tranquilo.

——Es momento ——anunció Zeus, tensando a todos en el lugar.

Soobin y Yeonjun cerraron los ojos y se tomaron de las manos, ciertamente aterrados del porvenir.

Pero juntos.

Una luz.

Pudo darse cuenta de que estaba despertando debido al dolor palpitante en su cabeza

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Pudo darse cuenta de que estaba despertando debido al dolor palpitante en su cabeza. Se encontraba recostado en una superficie blanda y cómoda. Todavía no abría los ojos, pero recordaba todo con claridad.

Ya no estaba más en los cielos.

Por fin...

Removió un poco su cuerpo, así dándose cuenta que su mano estaba apresada por otra más grande, que le proporcionó un suave apretón.

Yeonjun se reincorporó mejor y se terminó sentando en la camilla aún con los ojos cerrados, entre quejidos. Por alguna razón le dolía el cuerpo como si hubiera sido apaleado por una multitud.

Su cuerpo se sentía mucho más pesado y la luz ahora le parecía molesta. Poco a poco fue abriendo sus ojitos.

——¿Soobin? ——preguntó cuando su vista se enfocó en el más alto. Este estaba sentado a su costado en un sillón de cuero negro, le sonrió y apretó su mano de nuevo, con dulzura, con esa sonrisa que tanto le gustaba ver al pelirosa, decorando bellamente su atractivo rostro.

SAKURA ⟨⟨ OLIMPO [Soojun]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora