Capítulo 2

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Canción: "Sueños Rotos" - La 5ta Estación

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Canción: "Sueños Rotos" - La 5ta Estación.

Giselle

¿Le habré dejado comida a mi perrita? ¿Ella estará bien? ¿Y si ella está haciendo una fiesta en medio de la sala con todos los animales del vecindario y me dañan una planta? Ok, admito que eso último lo vi en una serie de Disney, no me acuerdo muy bien de cómo se llamaba, pero lo que sé es que le hicieron un desmadre a los humanos...

—Señorita Campbell, ¿Está usted prestando atención a la exposición de sus compañeros?— La maestra de Lengua y Literatura me ha sacado de mis pensamientos solo para saber si le estoy prestando atención a esos cuatros chicos parados delante del salón que están cagándose de nervios, ¿acaso no nota que tengo otras prioridades?— Sí, el hecho de que no le esté viendo a la cara no significa que no le esté prestando atención.— jejeje, si vieran su cara se morirían de la risa.

—No se dirija a mí con ese tono- hace énfasis en ''tono''— a ver, ¿De qué están exponiendo?— pregunta con cierto sarcasmo, como si yo estuviera mintiendo. Descarada.

— Pues están explicando la novela de Franz Kafka, llamada La metamorfosis, la cual se escucha interesante y por ello he apuntado datos relevantes de la historia— Le muestro mi agenda y le doy una sonrisa a medias- ahora, si le permite a mis compañeros seguir con su exposición, sería todo un éxito.— La maestra me da una mirada llena de odio y le indica los chicos que prosigan. Victoria para Giss.

La siguiente media hora de clase de la señorita cascarrabias pasó más lento que una babosa por el hielo. Cuando sonó la campana salí del aula rápido, ya que tenía hambre y necesitaba comer urgentemente. Al llegar a la cafetería me encuentro con una gran multitud y me alzo un poco para ver si encuentro a la fabulosa y majestuosa Olivia, si oyera me daría un bofetón hahaha; de repente una fuerza brutal me hala del brazo y al voltearme a quien vi fue a Olivia.

— ¡Hola!— dijo muy entusiasmada

—¿Pero qué diablos Olivia?,— le digo con voz aguda- casi me da un infarto, pensé que me iban a asaltar en plena cafetería.

— ¡Ay! Perdón, no sabía que fueras tan pendeja — dijo, haciendo un gesto con la mano restándole importancia — bueno, mira esto.

Me muestra la pantalla de su celular, esta transmitía un video corto de Instagram de un frappé que ha decir verdad, se veía extremadamente rico.

—¿En dónde es eso?— se me salió la palabra de los labios en modo automático, ya que seguía viendo la pantalla, sedienta de dicha bebida.

—Es un nuevo establecimiento, se llama dichoso café y acaban de abrir, ¿quieres ir? Está a pocos minutos de aquí — dice, mientras sube y baja las cejas.

— Por supuesto, ¿Acaso no ves mi cara de quiero devorármelo todo?- le digo con algo de sarcasmo y con obviedad.— total, no quería nada de esta mugrienta cafetería.

Lo que ayer no pudimos serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora