Capítulo 5

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Giselle

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Giselle

— ¡Tira la pelota! — vocifera un chico al otro lado de la maya.

Lo miro con mala cara y me pongo en mi posición para dar el saque, no se lo va a esperar, dirigiré la bola al jugador más débil, la dejará caer y el punto será para nosotros, jeje. — Mira y aprende — digo en voz baja. — le di a la pelota con la fuerza debida para cruzar la maya y la chica que estaba en la posición quinta parece que le temía a la bola porque la pobre se engurruñó como una bolita cuando la pelota se acercaba rápidamente a ella, por lo tanto no le dio, la bola cayó dentro del área marcada en la arena y el punto fue para nosotros y por ende, habíamos ganado. En sus caras imbéciles.

Los chicos que perdieron se retiraron y yo también aunque había ganado, lo hice porque el sol ya estaba en su máximo esplendor y picaba en la piel, estaba bien caliente. Entre la semana planeamos un viaje a la playa, es sábado y bueno, un lindo día para disfrutar todo. Me acerco a Jenny que está leyendo un libro, lleva puesto un traje de baño de una pieza color  turquesa, un sobre todo blanco en forma de vestido, unos lentes oscuros y una coleta de caballo.

— ¿Qué lees? — le pregunto mientras me quito la arena de las rodillas y me siento en la silla de playa.

— Boulevard— dice mientras me muestra la portada. ¡Oh! Ese libro lo conozco a la perfección.

—Espero que no lo termines en público— le digo entre algunas risitas.

Ella se baja un poco los lentes y me mira por encima de estos — gracias por el spoiler indirecto.

En verdad no sé por qué a las lectoras nos gusta leer un libro aun sabiendo que nos destruirá emocionalmente. Somos masoquistas.

—De nada— le sonrío como un angelito. Miro hacia todos lados en busca de su hermana, — ¿En dónde está Olivia?

— Salió hace rato con Thiago, dijo que irían al bar por unas piñas coladas, pero tienen más de 30 minutos que salieron —se le sale una sonrisa picarona— a lo mejor el líquido blanco no era la bebida.

— ¡Jenny! — Le exclamo — que mente tan sucia tienes. — Ella se ríe abiertamente. Desde aquel día de la fiesta, desde el día que intentaron abusar de ella, no salía de casa, ni siquiera iba a la secundaria, prefería tomar clases online y todo por miedo a que ese patán llegara a hacerle daño. Aún ella no había contado nada de aquella noche y la entiendo, no se está preparado para contar algo así de la noche a la mañana, todo toma su tiempo y ella necesitaba el suyo.

Decido recostarme en la silla, ponerme un sombrero para que el sol no molestara tanto y pudiera dormir en paz o algo así. Después de unos minutos escuché la voz de Thiago, ya había llegado junto a su amada novia, ambos habían traído algunas bebidas.

—Toma, tu favorita— Thiago me extiende una copa. —Sex in the beach.

Le doy una sonrisa socarrona mientras tomo la copa, le doy un trago y como siempre sabía a gloria, es una delicia de bebida. En un movimiento rápido, Thiago busca dos sillas más para Olivia y el, se sientan en frente de Jenny y de mí.

Lo que ayer no pudimos serDonde viven las historias. Descúbrelo ahora