Capitulo 31

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Eloise:

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Eloise:

(18)

Llegamos al piso donde se encuentra mi habitación, abrí rápidamente y me quité el abrigo. Tom hizo lo mismo con su saco y se abalanzó sobre mí. Lentamente llegamos al borde de la cama.

- Mi ratoncita - dijo en mi oído cuando me giro para poder bajar el cierre de mi vestido

Hizo mi cabello hacia un lado y lentamente bajo el cierre para deshacerse de mi vestido. Acarició mis brazos con sus dedos fríos y mi piel se erizó.

Giré para quedar frente a frente, pase mis manos por su cuello y le di un beso, lentamente baje mis manos para comenzar a desabotonar su camisa. Mientras lo hacía iba dejando besos por su piel y Tom gruñía muy bajito.

Logré deshacerme de su camisa y me disponía a continuar con su pantalón, empecé por su cinturón y después me encargué del botón. Su erección era evidente y rogaba por ser liberada.

Baje sus pantalones y él terminó de desvestirse, solo faltaba deshacernos de sus bóxers. Me senté al borde de la cama y lo atraje hacia a mí. Lentamente baje sus bóxers y su hermoso miembro estaba justo en mi cara.

No dude un segundo y lo introduje en mi boca, sentía que vibraba y Tom se aferró a mi cabello para guiar mis movimientos.

- Eloise...- dijo en un suave gemido

No dije nada, solo le daba placer.

Tom:

Sentía como si no hubiera pasado un solo día sin tener a Eloise. Me estaba dando un placer indescriptible y mi orgasmo estaba cerca.

- Ya me voy a venir - alcancé a decir

- Hazlo...- dijo y volvió a meter mi miembro en su boca

No lo dude y me corrí en su boca, Eloise limpio mi miembro con su lengua... era mi turno de complacerla y de inmediato comencé a quitar su brassier, sus pechos estaban a mi disposición, hice que se recostara y poco a poco quite sus pantis.

- Es mi turno de corresponder - sonreí

Comencé a dejar besos por su cuello y por en medio de sus pechos. Después me concentre en cada uno de ellos, mis besos eran salvajes... quizá a propósito quería dejar marcas en su cuerpo para que así recordara que es solo mía.

Así lo hice, sus pechos empezaron a tener marcas rojas que mañana serían moretones. Seguí por su abdomen, aún con mis manos en sus senos bajé mis besos hasta llegar a su intimidad.

- Tom... no pares! - suplicaba

Bajé mis manos por los costados de su cuerpo y abrí sus piernas para tener libre acceso a ella. Mi lengua persistente en su clítoris hacía que se retorciera de placer. Gemía delicioso y una de sus manos se aferraba a mi cabeza, en señal de que no me moviera.

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