Detrás de las escamas

Capítulo 16: Una conexión más allá de la complicidad

Se fue sin permitirme responderle a sus asquerosas palabras. Sentía tanta rabia aún que patee con fuerza la bolsa con el almuerzo de Jimmy, esparciendo toda la comida por el suelo. Pasaron unos cuantos estudiantes cerca, de los que me imagino me debieron de haber mirado raro por mi rabieta de la nada. No los miré y me puse a caminar en dirección a mi escuela.

Estaba aún tan enojado, la caminata no lograba despejarme, todo lo contrario, me hacía revivir el momento y lo dicho por Jimmy que me alimentaba aún más la ira. Llegué incluso a pensar que lo mejor sería saltarme la escuela e ir al bosque para despejarme transformándome en dragón y quizás golpear un par de árboles, tengo tanta ira que estoy seguro de que derribaría uno de un solo golpe pensando en estos abusadores.

Me consumía tanto este sentimiento que evitaba lo más posible mirar al frente para no encontrarme con nadie, no iba a poder fingir amabilidad cuando este sentimiento me estaba quemando por dentro, golpearía al primer idiota que se me cruzara. Ni siquiera estaba para soportar el estúpido enfado de Carl.

—Oye tú.

Sentí que me golpearon ligeramente el hombro. Tuve que contar hasta diez para no responder de mala manera y procedí a dar la vuelta para ver quien era. Agradecí haber aguantado el impulso de responder apenas vi la cara de Alisson que se desfiguró por completo cuando me vio.

—¿Estás bien? —se acercó a mi preocupada— ¿Te peleaste con tu padre?

Por alguna razón su voz y presencia pudo traerme de vuelta a la calma, consiguiendo de a poco esfumar el enojo o al menos que fuera perdiendo relevancia. Solté un gran suspiro que terminó de liberarme de aquel horrible sentimiento y negué con la cabeza la pregunta de la rubia.

—Entonces, ¿qué pasó? —dijo inclinando la cabeza para verme mejor.

Aunque mi color favorito es el azul, sus ojos verdes casi parecían con fuerzas hacerme cambiar de opinión, hoy con mucha más intensidad que otras veces. Me traían demasiada paz, tanta que por unos segundos olvidé la situación.

—Nada importante, solo discutí con mi hermanastro.

—¿En serio? Pero si yo lo vi como un sujeto tan agradable —dijo con una pequeña carcajada a la que no correspondí—. Ya, en serio, siento que pasó algo grave y no me estás contando.

—¿Por qué no mejor entramos a clases? —pregunté con la intención de que no indagara más en el tema, con su presencia había logrado que mi furia se desvaneciera y no quería que volviera.

Alisson quedó sin palabras y yo aproveché para caminar hacia el salón. Sin embargo, Alisson me jaló la ropa de repente.

—¿Y si no vamos? —dijo con una sonrisa—. No te veo de ánimos y la verdad que yo tampoco lo estoy como para una aburrida clase del Gael.

La propuesta fue demasiado sorpresiva, pero a la vez tentadora porque, tal como ella dijo, no tenía los ánimos para una clase tan temprana de ese profesor justo cuando acababa de vivir un evento para nada agradable. Para más, tener que sentarme al lado de Carl después del momento tenso de ayer, sería simplemente estar en un mal ambiente por voluntad propia.

—¿Dónde podríamos ir?

—¿Sabes qué sería interesante? —contestó con una ligera emoción— Ir a tu lugar secreto, la última vez no pudimos ir.

—No sé si sea lo...

—Vamos —me interrumpió—, yo sé que quieres ir—insistió tirando de mi ropa como un niño pequeño haría para convencer a sus padres.

—No es que no quiera, es que ayer con mi hermanastro pasamos un mal momento allí.

—¿Sí? —contestó pensativa, quizás preocupada— Ay, creo que algo me comentaste.