Capítulo 4

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Victoria

No estoy de humor.

Esa princesita no tiene ningún derecho a mandarme de esa forma, se que es la princesa de este país pero los valores no se deben olvidar aún con el título que tengas. Me enfurece que siempre este dando órdenes a quien se le cruze. Ahora mi objetivo es bajarla de ese pedestal que cree que es intocable y nadie le llega a los pies.
Siento que en el proceso podría llegar a ser divertido al verla furiosa, porque a quien no le gusta verle la cara de irritación a la princesa. Cuando la vi llorar en ese salón arrodillada al lado mío me preocupe porque creí que le había pasado lo mala, pero me lo contó y no tuve otra opción que reírme por tal pensamiento erróneo; Por suerte para ella no estoy muerta, o sino no tendrías con quién discutir. Aveces no es necesario solo desquitarse con el sexo, de ves en cuando son mejores las palabras; Pero eso no quita dejar de hecharme unos buenos polvos.

Me fui del salón como alma que lleva el diablo tropezando con las personas que me encontraba en el pasillo. Me fui directo a la cafetería; Cuando entré vi a Bratt sirviéndole a la gente la comida con una cara de asco y fastidio. Me dirigí a la cocina a ponerme el delantal blanco que por reglamento hay que ponerse y me acerque al lado de mi herido amigo; Él volteó a verme y su rostro cambio por una mirada y sonrisa pícara, yo solo voltee los ojos y empezé a servir la comida.

Después de media hora atendiendo a los estudiantes de este instituto, me dispuse a irme a una mesa a comer tranquila, pero toda esa tranquilidad se fue al carajo cuando se me acercó Bratt casualmente con mi compañera de cuarto.
Debo admitir que él y ella harían bonita pareja, son igual de imprudentes y con un aire de comerse al mundo, pero eso recompensa lo divertidos que son; Claramente no les confiaría mis secretos porque primero que todo los conozco hace poco y según he visto que tienen cara de esconder algo.
Se me acercaron ambos con una sonrisa pícara; Cada uno se sentó a mi lado y me besaron al mismo tiempo las mejillas, tal acto me dejó sorprendida.

– ¿Qué les ocurre? ¿Están bien?– pregunté colocándoles a cada uno mi mano en sus frentes para comprobar que no tuvieran fiebre o algo raro. Bratt me la quito de un manotazo y Julieta empezó a reírse.

– Eres muy hermosa, ¿lo sabías?– Bratt seguí con esa sonrisa pícara y mi compañera solo volteó los ojos.

– No me lo suelen decir, pero supongo que sí.

– ¿quieres dejarte de rodeos y decirle ya?– dijo Julieta hastiada.

– ¿Decirme que? Y otra cosa, ¿ustedes ya se conocían?– pregunté.

– Claro cariño, nosotros llevamos siendo amigos desde pequeños y avecez con derechos.

–Ok, esa parte no la sabía, pero me gustaría que fueran al grano.

– Que aburrida eres, ¿no te gustaría adivinar?– me dijo Bratt alzando y bajando las cejas repetitivamente.

–No– dije en un tono seco. Pareció seder ante mi dura voz.

–¿Quieres hacer un trío con nosotros?

¡¿Que?!

Los observé por un momento sorprendida por tal locura. No es que esté en contra de eso, todo lo contrario, pero que me lo pidan ellos, además nunca lo había hecho... ¿Que carajo?

– Ehh... Yo... Es que– empeze a tartamudear y rascarme la cabeza con nerviosismo. Los chicos cambiaron su expresión a una de diversión.

– Tranquila Vic, era una broma– me dijo Julieta palmeandome el hombro– este imbécil se creyó con suerte.

– Me asustaron por un momento, de todas formas no ubiera aceptado.

– ¿Pero que dices?, sí lo hicimos que día– me dijo Bratt

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⏰ Última actualización: Mar 16, 2022 ⏰

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El amor de ella [+18]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora