Capítulo 2

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Neylan

- ¿Enserio dijo eso? - preguntó Meryem mientras blandita su espada contra mi.

- Oh claro que lo dijo - respondí mientras bloqueaba su espada.

- ¿Que clase estúpido dice que no quiere estar con una mujer que lo opaca? - preguntó divertida.

- La clase de estúpido que era aquel soldado, según él no puede estar con una mujer que es mejor guerrero que él, es totalmente ridículo.

Con un solo movimiento hice que ella cayera al suelo echada y Meryem comenzó a reírse.

- El mundo está lleno de estúpidos hermana - dijo aún riendo - antes yo era la que ganaba en esto - estiró su mano para que la ayudará y yo la recibí.

- Bueno, hay que esforzarse para ser la mejor.

- No creo que tú necesites esforzarte - respondió divertida y yo rodé los ojos, siempre dice cosas como esas.

- Tengo que irme, Kiral dijo que me necesitaba y ya es tarde.

- Creo que está enojado por que desapareciste toda la tarde - comento.

- Supongo que sí - me encogí de hombros desinteresada - de todas maneras aún sigo enojada con él.

- ¿Aún no lo perdonas? A mí también me molestó, pero no fue su culpa y ya mando muy lejos a esa mujer.

- No, mandarla lejos no es suficiente, esa mujer hablo mal de nuestra madre y él tan solo la envío lejos, entiendo el punto en dónde Kiral queire a esa mujer y no es capaz de hacerle daño y eso, pero se trata de nuestra madre - dije molesta.

- Kiral no tiene buenos gustos - comentó algo asquienta.

- Esa mujer no me cayó bien desde un principio.

- A mí tampoco, pero Kiral parecía feliz así que no dije nada al respecto.

- El amor que Kiral le tenía a esa mujer comenzó a deteriorarse cuando ella se comparo con nuestra madre y dijo que ella no sería nada a comparación de ella - dijo pensativa Meryem - si yo hubiera sido Kiral la hubiera ejecutado y más por qué según yo recuerdo, Kiral siempre fue protector con madre.

- Es cierto, pero por muy estúpido que sea sigue siendo nuestro hermano y tenemos que apoyarlo.

- Te esperaré en mis apocentos - dijo sonriendo.

- ¿Te quedarás a entrenar? - pregunté

- Si, solo unos minutos más.

- Te veo más tarde entonces - dije mientras me iba de ahí.

(....)

- ¿Dónde estabas? - fue lo primero que pregunto Kiral cuando entre a sus apocentos.

- ¿Dónde mas estaría? En el pueblo, sabes que voy de vez en cuando - me cruce de brazos.

- Neylan, deberías dejar de intentar verme la cara de estúpido hermanita.

- No se de qué hablas - fingi no saber nada.

- ¿Con quién estuviste?

- Con el pueblo.

- Bien, no te forzaré a decírmelo, mañana vendrá el Rey de Egipto.

- ¿Que tiene que ver eso conmigo?

- Tú lo recibirás.

- ¿Que? - pregunté con una sonrisa irónica- ¿Quieres que yo lo reciba?

¿Quiere que ese rey muera a penas llegué o algo así? Por qué Kiral sabe lo que pasó hace años.

- Si, estaré un poco ocupado asi que no podré hacerlo yo.

- Que lo hagan Emir y Bahadir - me cruce de brazos.

- Neylan, por favor, solo te pido que lo recojas, no que te cases con él - dramatizó las cosas - eso es todo gracias por tu comprensión hermana.

Suspiré molesta y salí de la habitación, Kiral podía ser un estúpido cuando quería.

(...)

No sé que hago aquí, podría simplemente haber ignorado a Kiral y mandado a alguien más a recibir a Abasi, pero no, estoy aquí esperando a que ese carruaje que viene se pare delante mío y de él salga la persona a la que menos quiero ver.

No pasó mucho tiempo para que ese carruaje se detuviera delante de mi y de él bajara aquel hombre que básicamente me rechazo hace años, se veía igual de guapo de que antes, supongo que algunas cosas no cambian.

- Sultana - dijo con una enorme sonrisa.

- Bienvenido - dije directamente y de forma fría haciendo que su sonrisa tambalee un poco, pero al final termino por ponerla de nuevo - espero que se aún recibimiento digno de un rey como usted - fui sarcástica.

- Me basta con poder verla a penas llego aquí.

- ¿Por qué mejor no entramos de una vez? - pregunté con una de mis mejores sonrisas hipócritas.

- Claro, si eso quiere - dijo y comenzó a seguirme - ¿Cómo ha estado? - preguntó a la mitad del camino.

- Estoy parada frente a usted así que eso quiere decir que estoy bien - respondí secamente, su pregunta era estúpida, al menos para mí.

- Entiendo - murmuró - sultana - él detuvo su paso y por ende, yo también lo hice.

- Dime - me di la vuelta.

- Se ha vuelto más hermosa desde aquella vez - sonrió y yo le devolví la sonrisa.

-Y usted se ha vuelto más estúpido - respondí de inmediato con una sonrisa enorme, pero él dejo de sonreír ¿Lo había ofendido? No, no creo, solo fui sincera, yo soy así.

- Parece que tú apariencia no fue lo único que cambio, también puedes decir palabras hirientes.

Suspiré cansada de esta situación, solo quería dejarlo en sus apocentos e irme con mi hermana.

- ¿Lo lastime con mis palabras? Me disculpo - él sonrió - pensé que usted ya sabia lo estúpido que era.

Sonreí y me di la vuelta para irme, si él no me sigue, ya es problema suyo, no me iba a quedar a esperarlo.

- Se volvió más irrespetuosa también - dijo mientras me seguía.

No le respondí, simplemente lo ignore por qué si le respondía solo le daría una oportunidad para formar una conversación y eso era lo que menos quería.

- ¿Cómo está ese amigo suyo que siempre estaba pegado a usted?

Me detuve en el lugar donde estaba, yo tan solo había tenido un amigo y no me agradaba recordarlo.

- No se meta en temas que no le incumben o se arrepentirá - voltee a verlo sobre mi hombro.

Levanto la manos en señal de rendición y seguimos nuestro camino.

Una vez llegamos al palacio lo lleve frente a los apocentos preparados especialmente para él.

- ¿Ya se irá? - preguntó cuando vio que me di la vuelta.

- ¿Quiere que me quedé para tomar el té y tengamos una linda tarde de señoritas? - pregunté sarcásticamente

La sonrisa que tenía en el rostro se borró de inmediato con lo que dije, parece que estoy acabando con su paciencia, no es como si me importara de todas maneras, yo tenía todas las intenciones de irme sin decir nada, pero él tuvo que abrir esos labios tan estúpidamente hermosos, creo que debería de dejar de mirarlo.

- Oh vaya, también puede ser sarcástica, no ha dejado de ser interesante - sonrió con un poco de esfuerzo.

Lo único que quería hacer en estos momentos es poner uno de mis puños en ese rostro tan perfecto que tiene.

- Mi hermano dijo que después que descanse un poco hablarían, se preocupa por su salud - sonreí de manera hipócrita.

Me di la vuelta y desaparecí rápidamente de su visión.

¿Por qué tenía que ser tan difícil? Mi orgullo aún seguia herido y quería golpearlo cada vez que lo veía por lo que pasó hace años, pero mi corazón aún latía cuando lo veía, quiero creer que solo es por qué no veo desde hace años y por qué quizás se ha puesto más guapo que antes.

Neylan SultánDonde viven las historias. Descúbrelo ahora