15 de Abril de 1911
Cómo lo pidió mi padre en cuanto despertarte desayuné y me comencé a arreglar, no quiero sumar más enojo a nuestros problemas, de igual manera sigo esperando una carta de mi hermano que no llega, aunque sea una pequeña nota o una señal de que no me ha abandonado pero no ha pasado, tengo esperanza de verdad la tengo, no quiero vivir en este lugar sin él, no lo soportaría y lo sé.
El día de hoy me coloque un vestido crema, la verdad es que es muy aburrido para mí personalidad pero es lo que mi padre me pidió que me pusiera, recogí mi cabello en un molote alto y coloque una peineta muy hermosa de una flor, siempre me ha gustado ponerme pequeños adornos o muchas joyas, de niña me gustaba crear las mías propias, lamentablemente nadie podía verlas porque papá no me dejaba salir con ellas y la verdad es una lastima, el mundo se pierde de esas hermosas creaciones.
Al terminar de arreglarme me senté en el pequeño escritorio de mi habitación y coloque el pequeño tocador de discos para escuchar un poco de música y relajarme, la música y la danza sin duda es algo que me apasiona pero es algo que no se me permite practicar, el ballet sin duda es mi danza favorita pero no puedo practicarla porque a mí madre no le gustaba y él cree que mamá no estaría feliz si lo hiciera.
Espero que algún día papá entienda que no soy mamá, talvez somos parecidas físicamente pero no soy ella, no lo soy.
Al pasar una hora escucho a alguien llamar a mi puerta.
—Adelante.
Al entrar veo que es una de las doncellas, la verdad no conozco su nombre y no es por ser grosera ni nada de eso pero al duque Atif no le gusta conservar a las doncellas ni a los sirvientes, suele cambiarlos constantemente y aún no entiendo la razón de ello.
—Señorita su padre la espera en el recibidor.
—Enseguida bajo.
Bajo las escaleras para encontrarme con él, él me mira para inspeccionar que no esté mal vestida, para que no le cause molestias.
Ni siquiera me dirige la palabra, sale de la casa y se que tengo que seguirlo, veo como sube al carruaje y la verdad es que no sé ni a dónde es que nos dirigimos.
***Creo que llevamos media hora en el carruaje pero la verdad no he prestado atención, solo me he dedicado a ver mis zapatos, no quiero mirar a mi padre porque se que seguirá sin decirme que pasó con Daniel y eso solo provocará más peleas y por tanto problemas. Se que también el está evitando eso porque las veces que he intentado verlo el solo observa todo hacia la ventana.
Cuando el carruaje para levanto la cabeza para ver dónde nos encontramos y me sorprende un poco la ubicación es la casa del marqués MacQuoid, nosotros como Duques no hemos convivido tanto con esta familia, es debido un poco a su reputación se rumora que el marqués Heriberto le ha sido infiel múltiples veces a su esposa, además su hijo mayor Joshua a la edad de 30 años todavía no ha tomado el puesto de su padre y es debido a que no se ha casado pero quién quiere casarse con un mujeriego que sigue el ejemplo de su padre.
El marqués tiene dos hijas más Violeta y Ernesta, la verdad no he convivido con ellas y cómo hacerlo si son unas presumidas que se creen las más bonitas de todo el lugar y no son feos ninguno, su cabello café y ojos miel de los tres hijos los hace agradables a la vista, pero con una actitud tan horrible nadie los soportara.

ESTÁS LEYENDO
Condenada
أدب المراهقينEn ocasiones lo que crees que será tu felicidad en realidad es tu destrucción, eso mismo le sucedió a Ailén. Ella sólo tiene una opción y es salir de ese infierno antes de que sea condenada por la eternidad.