❥︎Cerca de la terraza Yujing, donde se realiza el rito de descenso de Rex Lapis, el Arconte Geo de Liyue, hay una zona donde crece una flor algo peculiar. No se suele ver mucho, dicen que solo se encuentra para las personas las cuales están enamorad...
Tres meses. Tres largos y dolorosos meses pasé encerrado en aquel lugar donde Signora había decidido desecharme como la basura que era. No sé de donde saqué las fuerzas para por lo menos tratar de sobrevivir en este lugar. Todo era una tortura constante, no podías bajar la guardia en ningún momento. Todo en ese lugar quería matarte.
En el momento en el cual me sentaba para al menos descansar lo mínimo cualquier monstruo de aquel lugar se acercaba para transformarme en si cena ¿Esto es a lo que se refería como mi entrenamiento?
Siento como mis fuerzas flaquean ya de tanto tiempo encerrado en este lugar, realmente no sé si son tres meses o tres años lo que llevo encerrado aquí, perdí completamente la noción del tiempo.
Este lugar, el famoso abismo, es tan oscuro, tan tétrico y deprimente que me dan ganas de vomitar solo con oler la humedad que se respira aquí. No sé cuántos kilómetros me moví ya de dónde estaba el agujero donde Signora me arrojó, solo espero poder encontrar una salida rápido, aunque creo que eso solo será imposible.
No me puedo quitar de la cabeza la cara de Signora al arrojarme, esa sonrisa llena de arrogancia, la risa de Dottore retumbando en mis oídos y la cara de Scaramouche.
Scaramouche fue la única persona que trató de agarrarme y gritar mi nombre, parece que para él sí llegué a ser importante y Signora le había engañado como a mí.
Antes de sumirme en la oscuridad absoluta de este lugar, le escuché gritarle a Signora que era una maldita zorra. Realmente no esperaba ese comentario de parte suya, y luego la cachetada que la dio en la mejilla izquierda creo que todavía la recordará.
Me pregunto qué habrá sido de Scaramouche, seguramente ya se haya olvidado de mí, como mi familia y como la bruja que me tiró a este lugar. Siento que voy a morir aquí y nadie podrá llorarme porque solo seré un niño que desapareció, como muchos otros.
Había comenzado a correr de nuevo, un monstruo de tamaño y cuerpo bastante superior al mío había decidido convertirme en la cena de su familia. Me escondía detrás de pequeñas cornisas pero siempre me encontraba. No sé cuánto habré corrido ya, mi cabeza me da vueltas y siento que en cualquier momento me desmayaré.
Veo una pequeña luz al fondo del canal de esta cueva que parece que no tiene fondo, debo seguir corriendo. Tengo que llegar a la luz.
Cada vez se hacía más grande, creo que estoy empezando a delirar, escucho los pájaros del bosque de mi querida Snezhnaya. Creo que haber estado aquí durante tanto tiempo me ha terminado volviendo loco.
Igualmente seguí corriendo hasta que llegué a la luz. Un bosque se presentó delante mía, el monstruo había dejado de seguirme y suspiré de alivio. Comencé a caminar todavía con mi pequeña navaja en la mano, todo estaba lleno de nieve, tal y como el día en el cual me caí en ese agujero ¿Cuanto tiempo había pasado?
Seguí caminando sin rumbo alguno, no sabía dónde estaba, no podía ubicarme. Sentía mis piernas temblar y mi cabeza no paraba de dar vueltas. En un momento sentí el frío suelo contra mi rostro y luego oscuridad.
¿Ese iba a ser mi fin?
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