Jimin se encontraba pintando afuera de la casa, habían pasado varios días desde la cita y la verdad se encontraba muy feliz con Jungkook.
Con ninguna persona se había sentido así, solamente con él y agradecía eso, sabía que Jungkook no le haría daño.
Estaba tan concentrado con su trabajo que llegó una de las sirvientas de la casa.
— Hasta que lo encuentro joven Jimin, no sabía dónde estaba pero es que me urgía verlo .— dijo la señora agitada.
— Hola, ¿pasa algo? .— preguntó.
— Su papá le habló por teléfono, lo está esperando. El teléfono está en su recámara .— anunció la sirvienta y se fue.
El peligris dejó sus cosas en su lugar, nadie iba tocarlo, de todas maneras iba a volver. Tal vez su papá le preguntaría cómo estaba y nada más.
Llegó a su recámara y buscó el teléfono, este se encontraba en la cama. Lo tomó y habló.
— Hola papá, ¿cómo estás? .— habló Jimin.
— Estoy muy bien, hijo. La verdad te extraño mucho pero estoy feliz de que estés disfrutando tus vacaciones aunque ya se acabarán la próxima semana, ¿cuando vienes? .
— No sabes las cosas que tengo que contarte, son muchas anécdotas y las mayorías son buenas, aparte que conocí a un muchacho muy amable .— continuó hablando por teléfono, evitando el tema.
Jungkook ya estaba acabando de fumigar la milpa, pronto acabaría pero antes le envío un mensaje a Jimin pero este nunca le contestó, se imagino que se encontraba ocupado pero el pelinegro quería darle una sorpresa.
Después de unos minutos, acabó y fue a dejar las cosas a su lugar, buscó su sombrero y se lo puso.
— Vamos por las rosas .— se dijo a sí mismo.
Ese era la sorpresa, un bello y enorme ramo de rosas, sabía que Jimin las amaba y demasiado, quería ver su carita de felicidad y que le diera muchos veces.
Cuando terminó de hacer el ramo, decidió y a buscarlo, no quería esperar más.
— Hola, ¿alguien sabe donde está el joven Jimin? .— preguntó a uno de los trabajadores.
— Creo que el joven fue a su recámara, ahí debe estar .— respondió uno.
— Gracias .— sonrió y se retiró del lugar.
El peligris aún seguía hablando por teléfono con su papá, estaba contándole una anécdota.
— Entonces la nana de Taehyung me dio unas enchiladas y acabé enchilado, ella me dijo que no picaban .— reía.
— Ay hijo, que bueno que te la estés pasando bien, entonces, ¿cuándo vendrás? .— preguntó de nuevo.
— Me iré para la otra semana papá, solo tengo que decirle a alguien muy importante para mi, me tengo que ir, debo seguir pintando .— colgó la llamada.
Al momento de voltear, no espero ver a Jungkook con su sombrero y en sus manos llevaba un enorme ramo de rosas.
Sus flores favoritas.
— Hola Jungkookie, ¿qué haces aquí? .— sonrió.
— Jimin, ¿te irás? ¿Es cierto que te vas la próxima semana? .— dijo dolido.
— Jungkook, yo-yo .— no sabía qué decirle el peligris.
— Me vas a dejar, y yo que pensaba decirte que fueras mi novio.
— No, espera, primero deja explicártelo .— respondió.
— No, lo mejor es que lo dejemos hasta aquí, no quiero sufrir más, no quiero enamorarme más de ti .— y sin más que decir se marchó.
Dejando a Jimin llorando en aquella recámara.
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Amor de rancho [km au]
FanfictionJimin llega al rancho de su mejor amigo Taehyung, pero queda flechado con el lugar. Jungkook un trabajador del rancho de los Kim, queda asombrando por la llegada de un Park, y más cuando este le pide que lo enseñe a montar el caballo.