Capítulo 1: Ultimátum al Heredero

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El metal de dos espadas retumbaba por la gran arena, dos figuras se movían con agilidad y destreza intentando desarmar al otro mientras el sudor recorría la cara de ambos contrincantes pero no daban su brazo a torcer, uno de ellos sería el vencedor y el otro tendría que tomar la senda del perdedor.

Uno de ellos era un hombre alto y pelirrojo, tenía algunos tatuajes en su frente y brazos y un uniforme plateado con negro, recibió un ataqué directo que iba a su pecho pero lo bloqueo con gran habilidad, su mirada no escapaba de los movimientos

De su oponente, de un momento a otro blandió su espada hacia la izquierda haciendo que la guardia del otro titubeara un instante pero no dejó caer el arma; atacó uno, dos y tres veces seguidas de forma consecutiva, sin embargo la otra figura se percató de una abertura y golpeó su arma con la otra.

Metal contra metal peleaban en el aire hasta que el primero dejó caer un poco su arma y obligó al otro a tirar su espada, el filo del acero contra la piel blanca brillo de forma espeluznante declarando la victoria de éste.

—Muy bien, ya entendimos que eres un as de la espada ¿Quieres bajar eso? –Hablo el pelirrojo con una mueca resignada.

Se escucho un bufido mientras el filo del arma oscura bajaba y era enfundada nuevamente en su vaina, la figura de un hombre alto de cabellos naranjas y ojos chocolates dejaba ver a un hombre atractivo en su veintena, el cual maldecía por lo bajo.

—Hoy estás más agresivo de lo usual ¿Paso algo? — Sado Yasutora, un caballero y marqués del reino le arrojaba una toalla para que su amigo se limpiara el sudor del rostro.

—Una estupidez, eso ocurrió. — Después de limpiarse el sudor, el rostro del hombre de cabellos naranjas se dejó ver.

Kurosaki Ichigo, conocido como heredero de la casa y noble ducado Kurosaki en el imperio Karakura, hablo de forma cortante cosa que su amigo entendió prefiriendo no preguntar más detalles. Es conocido por muchas cosas, un excelente caballero, espadachín genio desde los trece años, el más joven en obtener el título de maestro de la espada, un buen partido para las damas y un joven listo y responsable. Sin embargo también tenía su lado oscuro como cualquier otro y éste era el no querer atarse.

Las mujeres eran placeres de la vida como un buen trago entre amigos o un acostón momentáneo; muchas damas nobles e incluso algunas princesas habían pasado por sus sábanas, siempre condicionadas de que no había atadura alguna de su parte.

Y eran esos pequeños placeres los que habían provocado su estado emocional actual, por lo que después de respirar profundamente decidió disculparse con sus amigos y explicarles su situación.

Esa misma mañana, en el ducado Kurosaki, Ichigo había empezado su día normalmente, se levantó como siempre, fue ayudado a vestirse por sus sirvientes cómo era habitual por las mañanas, recibió los buenos días de parte de su hermana pequeña de quince años, quien había ido personalmente a sus habitaciones como lo había hecho desde que era una niña pequeña; bajo al comedor para tomar su desayuno como cada mañana, pero por algún motivo cuando se había despertado había tenido un mal presentimiento.

Era una extraña sensación de frio que le recorría la columna como un escalofrío intenso, aunque se recompuso y trato de ignorarlo lo mejor que pudo para seguir su rutina diario sentía una vocecilla interior que le trataba de advertir sobre algo, el problema era ¿Qué?

Esa molestia no tardó en hacerse realidad cuando al terminar de tomar sus alimentos junto a Karin y Yuzu, Richiro el cual era su mayordomo de toda la vida se acercó a él antes de que pudiera poner un pie fuera de la mansión.

—Joven maestro, el duque y la duquesa lo esperan en su estudio.

—¿Ahora mismo? — Arqueo una ceja.

Heredero en busca de EsposaWhere stories live. Discover now