Capítulo 10: Hierbas, falta de sueño y arrepentimientos

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Aoi entra a la habitación de los barones Tenjiro y abre la cortina, trayendo luz al lugar. Inmune de encontrarlos durmiendo abrazados y de seguro desnudos en su totalidad por la piel expuesta, se retira tan silenciosa como llego.
Shutara es la primera en despertar al ser bastante madrugadora y frota la unión del cuello y hombro de su marido.
—Vamos querido, hora de despertar.
Estaba ella apoyada en el pecho del hombre, pero, entre gruñidos y bufidos, queda ahora él abajo, descansando entre los senos de su esposa mientras le acaricia la espalda. Es lo malo de casarse con un hombre que funciona más en la noche que en el día.
—Te dije que prefiero quitar la ropa que ponerla — Gruñe el hombre, sacándole una risa a la mujer.
—Kirinji, arriba.
–No quiero. –Refunfuño como un niño pequeño repartiendo besos en su pecho y comenzando a subir. –¿Y si tenemos otra ronda? –Sugirió ansioso.
–Suena tentador, pero no. –Escucho al hombre chasquear la lengua. – Le prometiste a tu hija llevarla a visitar las tiendas botánicas de la ciudad ¿Recuerdas?
–Es verdad. –Recordó él en un golpe de lucidez, aunque pasar el resto de la mañana con su mujer era tentador tenía una promesa que cumplir. –Esta noche no te voy a dejar escapar, aunque quieras. –Amenazo.
–Me gustan esas palabras. –Beso la coronilla de su marido. –Aoi, tomare un baño. –Ordeno a su doncella provisional.
–Si baronesa, ya está listo y puede entrar cuando desee. –Dijo la joven de cabello miel.
–No podemos tener otra ronda, pero si un baño juntos. –Sugirió la dama.
–Tentador. –Murmuro Kirinji con una sonrisa ladina.
Tomaron un baño largo y tendido entre conversaciones y risas. En ese momento la pareja terminaba de vestirse, Aoi cepillaba el largo cabello de Shutara y Kirinji se ajustaba el saco cuando el barón tomo la palabra.
–Intentare regresar pronto. –Le informó él.
–De acuerdo, daré un paseo en bote con la emperatriz y la duquesa, quizás nos veamos en el almuerzo. –Kirinji se acercó y le beso la coronilla. –Diviértanse tú y nuestro petirrojo, cuida que no se meta en problemas.
–Lo haré.
–Y si ves al duque Kurosaki, por favor no vayas a armar una escena. –Le suplico.
–Lo intentaré... Pero no prometo nada.
–Confió en ti cariño.
–Bien, bien, me iré adelantando al comedor.
–Iré en un momento cielo.
–Bien estaré con las chicas en la mesa.
–Muy bien cariño. –Kirinji salió de la habitación mientras Aoi daba los últimos retoques a su imagen.
–¿Debo preparar una sombrilla baronesa?
–Ah sí, voy a necesitarlo con el sol que nos saluda este día.
–Lo preparare enseguida.
La mucama se alejó y en ese momento entro Saya con una joven más o menos de la edad de su hija mayor tras ella.
–Baronesa buen día, es un honor saludarla. –La doncella imperial se inclinó.
–Oh Saya, creí que con todo el desastre de ayer hoy descansarías.
–Es mi trabajo servirla mientras este aquí –Sonrió la doncella. –Sin embargo, he venido también por otro motivo.
–¿Sí?
–¿Recuerda que le comenté sobre mi sobrina?
–Oh si, la chica que dijiste habías instruido tú misma ¿Cierto?
–Así es Baronesa, preséntate vamos. –Animo a la chica tras ella.
–Soy Ryo Kunieda, es un honor saludar a la Baronesa Tenjiro. –Se inclinó suavemente en una reverencia.
–Es joven, pero creo que le puede servir tan bien como yo lo haría. –Dijo Saya orgullosa.
–No lo dudo si viene de ti. –Dijo amablemente la dama de ojos rubíes mientras encaraba a la joven. –¿Saya te ha dicho algo? –pregunto amablemente.
–Me ha dicho que necesita una doncella personal. –Dijo la joven.
–Así es, mi doncella Rochelle ya es mayor y deseo que se retire para estar con su familia y descansar, después de casi cincuenta años de servicio a la familia Tenjiro es momento, de que tenga tiempo para ella. –Dijo con una sonrisa. – Así que necesito una joven capaz y discreta para servirme.
–Espero cumplir sus expectativas Mi lady. –Dijo la chica con amabilidad.
–Bien, por el momento te pondré a prueba ¿De acuerdo?
–Claro mi señora–Acepto la chica.
–Le aseguro que es una jovencita muy lista. –Aseguro Saya. –No se arrepentirá.
–Tengo grandes expectativas de ti Ryo. –Se giró a Saya. –Por el momento será mi dama de compañía en el paseo que daré con la emperatriz y la duquesa Kurosaki.
–Si Lady Tenjiro. –Asintieron las doncellas.
–Entonces bajemos al comedor. –La dama se puso de pie y se encamino a reunirse con su familia.

Heredero en busca de EsposaWhere stories live. Discover now