Imaginar lo es todo...
Esta historia es una serie de capítulos con diferentes personajes conocidos version anime. Fandoms de todo tipo.
Dejó las puertas abiertas del paraíso, tu decides si quieres entrar o seguir de largo...
QUEDA PROHIBIDA LA REPR...
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ANIME: Attack on Titan. PERSONAJE:Porco Galliard. CATEGORÍA:Compañeros. ADVERTENCIA:Lenguaje y escenas subidas de tono.
En cuatro patas, Ava buscaba bajo su cama esos condenados libros. Estaba segura de que los había dejado allí, o que habían ido a parar entre su ropa usada, los uniformes que con Pieck deberían haber mandado a lavar hacia tiempo.
Su pecho rozaba contra el suelo mientras sos rodillas la sostenían antes de caer. Ava estiraba su mano derecha, palmaba la madera del suelo mientras entre sus dedos encontraba nada más que prendas de vestir. Intento ver por debajo, pero estaba tan oscuro que fue incapaz.
Lo que la muchacha no sabía era que había dejado la puerta de su habitación abierta y en aquel momento Porco pasaba por el pasillo. De reojo, la avistó en el suelo y algo confundido, se detuvo a verla.
Porco se encontró con una interesante vista. Cruzando sus brazos, se apoyó de lado contra el marco de la puerta mientras sus ojos observaban como las caderas de Ava se movían de lado a lado haciendo bailar su falda. Porco se detuvo a ver sus largas y delgadas piernas, la pollera no la cubría por completo y el muchacho había desarrollado un fetiche por ellas.
Mordió su labio inferior conteniéndose, verla en aquella posición y no poder hacer nada al respecto... lo volvía completamente loco.
Entonces, notó que también podía ver su ropa interior entre sus muslos. Porco sintió el calor en todo su cuerpo bajo la ropa que usaba en sus días libres, pues supo que ya era suficiente.
—Siempre creí que tus bragas serían blancas —dijo el chico tomándola por sorpresa.
Ava quien pensaba que estaba sola, del susto golpeó su cabeza contra el borde de la cama en cuanto quizo levantarse.
—Mierda... —se quejó adolorida.
La muchacha llevó su mano hacia su trasero y notó como la pollera estaba por encima de este revelando demasiado. Rápidamente se sentó hacia atrás con sus piernas aún abiertas. No hizo falta verlo, sabía de quien de trataba porque reconocería su voz en cualquier lugar.
Porco la observaba con una sonrisa.
—¿Te has imaginado mis bragas, Porco? —le preguntó con impresión.
Porco se descruzo de brazos y llevó una de sus manos hacia su cabello, ese peinado que llevaba hacia atrás. Ava siempre pensaba en lo que se sentiría despeinarlo.
—Quizá —murmuró.
Sus ojos todavía la observaban con un toque de curiosidad.
—¿Qué haces? —frunció el ceño recordando su incitante posición.
