Imaginar lo es todo...
Esta historia es una serie de capítulos con diferentes personajes conocidos version anime. Fandoms de todo tipo.
Dejó las puertas abiertas del paraíso, tu decides si quieres entrar o seguir de largo...
QUEDA PROHIBIDA LA REPR...
Seiren caminó por el estrecho pasillo del departamento. La puerta entreabierta de la habitación la dejó ver como la oscuridad abarcaba todo el espacio.
La joven se asomó por el rabillo de esta y con cautela tratando de hacer el menor ruido posible, se detuvo a ver la cama en la esquina.
Denji y Power se encontraban desplomados sobre el colchón. Como ya era costumbre, Denji no parecía muy cómodo mientras que Power se apropiaba de toda la plaza.
Seiren sonrió, aquellos dos aunque a veces la sacaran de quicio, también la habían reír bastante.
Se retiró y cerró la puerta por competo para dejarlos dormir en paz, habían tenido una semana bastante movida y lo que necesitaban era descansar lo más posible.
Una vez que se apartó, continuó por el pasillo hasta llegar a la segunda habitación, una mucho más grande que la anterior.
La puerta se encontraba abierta y la luz del velador junto a la cama de dos plazas se encontraba encendida aún. Seirin se detuvo a verlo por unos segundos. Aki se encontraba contra el respaldo derecho, sus piernas extendidas sobre las frazadas sin esfuerzo.
La muchacha notó que aún llevaba el traje del trabajo puesto, solo que había desajustado la corbata y aflojado el cuello de su camisa blanca.
Este en cuanto notó su presencia, rodó su cabeza contra el respaldo para verla con aquellos relucientes ojos verdes. No le sonrió esta vez, estaba muy cansado.
—Denji y Power duermen —le dijo ella.
Aki suspiró.
—Gracias a dios —bajó la mirada hacia sus manos, en ellas sujetaba un paquete de cigarrillos.
—Deja eso —le ordenó Seirin, odiaba verlo hacerse daño con algo tan pequeño.
—Moriremos dentro de poco, a quien le importa...
Aki era una persona seria, bastante fría a decir verdad, pero Seirin sabía que aquello era una simple fachada que le mostraba a los demás. Por dentro ella lo conocía muy bien y sabía lo sentimental y débil que era con respecto a las personas que amaba como Denji, Power, Himeno... ella misma.
—Aki, hablo en serio —su tono cambió inmediatamente—. No digas esas cosas.
—Si es cierto, después de todo lo único que hacemos es vender nuestras vidas a otros demonios... —se encogió de hombros con cansancio—... estamos quedándonos sin años.
Seirin no se movió de la puerta.
—Si vas a ponerte así de melancólico voy a dormir en el sofá —lo retó, sabía que Aki detestaba dormir solo, desde el día en que ella se unió en su habitación, este no la había dejado ir para entonces.
