Aquellos ojos grises me miraban detenidamente, reaccionando ante cada uno de mis pensamientos. Imitándome. Cuando el encanto del sueño se fue me encontré con una figura familiar, su recuerdo era muy antiguo y al verlo me sentía completo. Era mi reflejo. Altura promedio, ojos grises y con apariencia de estar en mis veintes. Siempre me he visto igual y debo decir que me agrada; una particularidad que he tenido es mi atuendo cambia mediante la época cambia, no es algo sobre lo que tenga el control. Cada época mis brazaletes eligen un atuendo adecuado y decoroso pero que pueda pasar desapercibido para no causar una mayor impresión a quienes pueden verme. Un brazalete en cada mano es parte de mi carta de presentación, representaciones simbólicas de quien soy.
El chillido de la puerta abriéndose precedió la entrada de un hombre vagamente familiar. Lo había visto en el carruaje mientras él lo conducía pero ahora pude ubicar su recuerdo su nombre era Samuel Andrade, un viejo amigo. No podía creer que aún estuviese vivo. Un sentimiento de emoción me abrumo.
- ¡Samuel, Amigo mío!.
El hombre sonrío y pude ver como lagrima descendía por su mejilla.
- Samuel era mi padre, Sr. T. Falleció... Es un honor conocerlo.
Guarde silencio no por la sorpresa que el hombre parado delante de mi fuese el hijo de Samuel era más lógico pero la muerte de un buen amigo merecía un momento de silencio.
- Mi nombre es Sebastian. Mi padre me hablo mucho de usted señor T y de sus teorías supongo que tendrá muchas preguntas.
El hijo de Samuel me ofreció tomar asiento automáticamente accedí.
- Don Sebastian lo solicitan con urgencia. Irrumpió Milena a toda prisa.
Al percatarse de su interrupción Milena se sintió apenada pero aun tenía urgencia. Se ofreció a hacerme compañía hasta que Don Sebastian volviera. Don Sebastian asentó con su cabeza y se tras disculparse se levanto a toda prisa. Sin embargo Don Sebastian cambio de opinión y le pidió a Milena que lo acompañase. El cambio tan brusco de opinión se debió a lo que Don Sebastian leyó en mis brazaletes Reunión prioritaria. Había aparecido en ellos.
- Trataremos de volver pronto Sr...
- T. Le respondí asintiendo a Milena.
La puerta se cerró tras ellos, era una habitación muy espaciosa. Sobria. El típico efecto producido por una paleta de colores pastel combinado con asombrosos ventanales. A través de se observaban parcelas verdes que luego crecían y se convertían en montañas. Una vista hermosa y eso me recordó a Olga. Pensar en Olga trazo la línea de mi teoría.
Al transcurrir mi vida he podido observar grandes sucesos algunos memorables y otros que recordarlos es un acto de crueldad. El mundo se vio condenado a muerte y por un gran periodo en mi se produjo frustración no odio ni desesperación, simple frustración proveniente de un juego que consiste en descifrar que sucederá mañana, mayormente erraba y otras veces estuve cerca muy cerca – tan cerca como puede estar alguien de prever el mañana – así fue que comenzó lo que Olga llamo las teorías del Tiempo.
Hasta hoy solo una vez, en el suceso más trascendente de la historia, me he sentido tan desorientado el mundo se rige por una serie de principios establecidos por ÈL. Uno de ellos es que solo personas sabias podrían intuir y diferenciar entre los momentos ideales y los no ideales espero poder verme eso solo lo podrían lograr los sabios que lo conociesen a ÈL. Personas intimas, la mayoría de las personas pueden empezar una relación con ÈL pero no es hasta sus cuarenta y en adelante que en realidad comienzan a valorar la sabiduría. Por eso que Milena me viese rompía toda teoría posible al menos hasta que conociese la historia tras ella.
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Las Memorias del Tiempo.
FantasyEn demasiadas ocasiones hemos oído historias que han transcurrido a través de las épocas; esta no es una de ellas. En una situación sin precedentes Tiempo y Ocasión son acompañados por una tercera figura cuyo arribo transforma todo lo conocido por...