Prologo

70 3 1
                                    

 

 

 Tres sombras cruzaron el pasillo de manera vertiginosa sin ser percibidos por nadie aunque cruzaron justo frente a sus narices. Las afueras de aquel lugar solo era superado en belleza por su interior, aquellas figuras obviaban las escaleras escaleras y con ellas los lujos de aquel lugar, lo habían hecho adrede. Se adentraron en el jardín interno, en la zona este de la mansión. Allí al lado de un muy joven pino se detuvieron.

- Estamos juntos los 3, debería ser divertido. Comento una de las siluetas. Su tono era suave. Delicado. Sus gestos habían sido objeto de obsesión para quienes la habían visto.

- ¿A dónde, ahora? Interrogo intrigada Olga, mientras su mirada se perdía en los alrededores.

            La figura masculina permanecía calmado mientras Olga se volvía mas y mas ansiosa. Luego de una larga espera el silencio se rompió; desde que habían arribado hasta ese momento solo se encontraban ellos en el jardín. Ahora dos hombres buscaban en cada rincón con dedicación mientras varias decenas esperaban en el pasillo tras ellos. Olga pensó que quizás era a ellos quienes buscaban pero luego descaro la idea por su improbabilidad. Su existencia no era un secreto pero solo algunos de los que buscaban podían percibirla – a ella o alguno de sus compañeros – y cada vez eran menos quienes lo hacían.

            Eventualmente pareció que los hombres habían encontrado lo que buscaban, una pieza de granito pulido. Pronto con apoyo pudieron levantar tal pieza del suelo y deslizarlo hacia un lado. Instantes luego un joven sonriente emergía, los dos hombre que habían entrado en búsqueda de algo aparentemente lo habían encontrado. Inmediatamente después otro hombre bajo por la abertura  con una mochila. Entre tanto el joven se acero a sus rescatadores y cordialmente comenzó a conversar. El joven tenia barba y era pelirrojo, vestido con una chaqueta de cuero (un poco holgada) y pantalones azul. Su mirada recorrió el  jardín deteniéndose en las tres figuras y sonriente, les saludo.

- Es un placer conocerlos al fin. Expreso mientras los observaba.

- ¿ Puedes verme ? Interrogo sorprendida la figura de la joven con voz suave. Sorprendida. Agradada.

-  A los tres, de hecho. Es un honor. Tengo que partir pero intuyo que si están aquí, debe ser por lo que encontraran abajo. Respondió el joven mientras miraba la abertura en el suelo.

-  ¿Los tres? Inquirió Olga extrañada.

-   Supongo que mi teoría fue errada, de nuevo. Comento la figura masculina.

El joven sonrió ante aquella conversación tan inesperada y luego se marcho, acompañado por el resto. La lluvia comenzó a caer abrupta mente y la chica de voz suave, Olga y la figura masculina bajaron por una escalera vertical en la hendidura del suelo. Una vez abajo pudieron observar una habitación al final del túnel y se dirigieron automáticamente en esa dirección. Antes de que llegasen el agua los alcanzo, rápidamente el nivel de agua llegaba a sus tobillos e iba en aumento.

-       Este debió ser el drenaje original. Tendremos que cerrar la abertura, de lo contrario el lugar se inundara – comento el agua mientras miraba como aumentaba el nivel de agua – ¿Qué opinas Tiempo? Interrogo mirando a la figura masculina.

Luego de que Tiempo cerrase la abertura, los tres caminaron por el por el túnel hasta llegar a la habitación. Era un lugar agradable para ser subterráneo, con demasiadas comodidades para haber sido un drenaje. Las paredes contenían cristales de luz naturales, en aquellas paredes se encontraba una fortuna que por lo menos cuadruplicaba el valor de la mansión sobre sus cabezas. El aire en el túnel provenía de cientos de plantas que conformaba el jardín que literalmente colgaba de cabeza, una genialidad pensó Tiempo. El perfecto refugio subterráneo aun aislado por completo contenía oxigeno y alimento, ambos provenientes del jardín sobre sus cabezas. Cerca de una pared se encontraba un mecanismo de palancas; aparte de eso la habitación contenía una zona de ejercicios , una cama y una colección de libros que captaron de inmediato  la atención de la figura femenina de voz suave. Cada uno recorrió el lugar inmersos en aquello que llamo su atención. 

- Las palancas controlan todo el lugar - anuncio Tiempo asombrado por su descubrimiento - Claro ya lo sabias. Dijo tiempo frustrado refiriéndose a la chica de voz suave.

-  Es raro  ¿no lo creen?. Menciono Olga recostada en la cama, observando con detenimiento sus anillos.

- Si, yo también lo note. Respondió Tiempo.

- No hay nadie aquí y aun así... no estoy segura de que deberíamos estar aquí. ¿Alguna teoría, Sr. Detallista?

- Si en efecto. - Respondió Tiempo a sabiendas que Olga se divertía con sus teorías - Esta vez tenemos una adorable compañía que no ha tenido precedente. 

Por unos instantes la habitación se enmudeció y toda la atención se centro en aquella misteriosa figura que rompió el silencio con su característico tono.

- Es cierto... soy adorable. - afirmo la joven mientras seguí hojeando los libros - Hasta este momento cuando ustedes coincidían en algún lugar era debido a que una serie de eventos habían formado una situación en la cual alguien o algunos marcarían el rumbo de la historia. Siempre ha sido así y siempre sera igual.

- Pero todas esas veces nosotros podíamos ver el momento suceder o al menos mis anillos y el cinturón de Tiempo nos dejaban saber que estaba ocurriendo. ¿Por que esta vez es distinto?

- No lo es, si los anillos y el cinturón no han reaccionado es ...

- Por que no ha sucedido. Interrumpió Tiempo y sus palabras lo habían sorprendido.

- Exacto. Añadió la joven de voz suave.

- Espera, debe haber un error, eso significaría que...

- Yo tengo razón y nuestra adorable acompañante es la clave. Presumió Tiempo.

- No hay nadie aquí así que nadie podrá cambiar la historia. Eso no tiene sentido

- En efecto no hay personas aquí, Olga. Pero sus acciones si. - Comento la chica de voz suave mientras tomaba un libro nuevo, grande y con detalles en bronce.

-  Los Protectores. Leyó Tiempo asombrado y conmovido.

Olga, Tiempo y su misteriosa acompañante se propusieron a leer l libro, en el instante que lo abrieron los anillos y cinturón de Olga y Tiempo respectivamente, absorbieron la luz que emitían los cristales, dejando la habitación en una total penumbra hasta que los anillos de Olga comenzaron a brillar y la historia comenzó ante sus ojos.

Las Memorias del Tiempo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora