Al cabo de un rato, Arenna y Samai regresaron al taller para continuar con su trabajo. Boroba se quedó solo, caminando hacia el lugar del jefe, cuya ubicación ahora conocía.
Durante su andar, se cruzó con una misteriosa instalación:
En el centro del pueblo se alzaban tres enormes vigas que terminaban en punta, firmemente plantadas en el suelo, alineadas en recta. La del centro era considerablemente más alta que sus compañeras, y las separaban varios metros.
Vistas desde ciertos puntos, marcados con rodajas de piedra en el suelo, se podían comparar sus puntas con la posición del sol y deducir la hora del día.Por supuesto, Boroba no conocía su utilidad, y se limitó a preguntarse si la inscripción que había en la base de una de las vigas se trataba de una firma.
Dicho en términos modernos, eran aproximadamente las cuatro de la tarde cuando Boroba llegó al recinto del jefe Sanzi.
— Vengo a ver al jefe.
— ... Sí, Pasa.
Salawi lo dejó entrar con cierta mirada de escepticismo.Al verlo pasar, Sanzi casi se ahoga con el agua que estaba bebiendo, pero habló con tono optimista:
— ¡Bratu! ¿Tu búsqueda fue fructuosa?
— Aún no, pero estoy cerca. Bueno, si le soy honesto no lo sé con exactitud.
Comenzó a notarse cierta pesadez en la respiración del jefe.
— ¿A qué se debe tu visita, entonces?
— Se me hizo saber de un tal Mabu. ¿Sabe usted si él era de procedencia Bratu?
Esta pregunta provocó en el jefe una caída en picada de sus rasgos faciales.
— En efecto. Llegó a esta aldea cuando yo era solo un adolescente. Mi padre, Akili, era el jefe en ese entonces. Los dos se hicieron muy buenos amigos, y juntos hicieron mucho por este pueblo.
— Ya veo. Y, ¿Será que me pueda dar permiso de acceder a su antigua casa para buscar el "Gofan"?
Algo pareció cuadrar en la mente del jefe Sanzi, pues en cuanto oyó esta solicitud sus ojos se abrieron como los de un búho y comenzó a agitar su índice en el aire.
— ¿Qué me habías dicho que harías con el artefacto una vez que lo encontraras?
— Devolverlo a los Navera.
— Oh no... ¡De ninguna manera! Ahora ya sé de qué objeto se trata. ¡Es sumamente peligroso en manos de los Navera!
¿Sabes qué? Veme aquí mismo mañana, antes de que salga el sol. El artefacto está, en efecto, en casa de Mabu. Te explicaré todo, pero no dejaré que te lo lleves. ¿Entendido? ¡Ahora largo de aquí!, Estoy ocupado.Boroba, atónito, no pudo articular una sola pregunta, cuando ya se encontraba siendo empujado hacia la salida por Salawi.
Por inercia, salió corriendo a través del sendero por el que llegó, desacelerando poco a poco.Rápidamente, un vórtice de preguntas arremetió contra su mente.
¿El jefe conoce el Ghvan? ¿Qué tiene que ver esto con el viejo Mabu? ¿Por qué sería peligroso en manos Navera? ¿Acaso me estoy volviendo loco?
La confusión lo dominó, abstrayéndolo de lo que sucedía a su alrededor.Continuó caminando, lento, enajenado.
No lograba definir la forma de sus pensamientos.
Gente pasaba frente a él, mirándolo con cierta inquietud, e incluso niños corrían y jugaban a su alrededor, pasando inadvertidos frente al abrumado Boroba.De pronto, un agudo grito de dolor lo sacó del trance.
Empuñó su lanza y volteó hacia todas direcciones, buscando el origen, imaginando lo peor.Detrás de él, un niño de los que jugaban había perdido el control y chocado contra una enorme piedra.
Ahora, yacía junto a la misma, llorando con la frente ensangrentada.
Boroba, tan rápido como vio esto, corrió hacia dónde el niño estaba y sacudió su bolsa junto a él, tirando al suelo todo lo que en ella había. Del montón sacó una pequeña bota de cuero y vertió su contenido en la frente del pequeño, quien reaccionó con un grito ahogado y doloroso. Inmediatamente, Boroba introdujo a su boca una de las moras que le había ofrecido a Samai.
— Mastica.
El niño obedeció, y mientras lo hacía, Boroba le colocó en la herida un trozo de fibra parecida al algodón, y amarró un listón de cuero al rededor de su cabeza, para mantenerlo fijo en el mismo lugar.
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Las tres tribus
FantasyUn forastero llega a la aldea Kalasi en busca de un misterioso objeto. Samai Wanzu, un fabricante de herramientas, le ayuda en su búsqueda.