El Silencio De Una Lagrima

C i n c o

Unas suaves manos empujaron mi pecho haciendo que retrocediera unos pasos, aquel mágico momento fue interrumpido por una cachetada sonora sobre mi cara provocando que esta girara levemente.

Aquel golpe debió haberme dolido, quizás si hubiese sido otra persona el provocante de este ahora mismo no estuviera aguantando la risa; valió muchísimo la pena ver la cara de ella tan enfadada e insultada aun se veían en sus ojos los deseos de dar otro golpe.

—La parejita, fuera de clase y esperadme en la dirección—Dijo un profesor al cual no le había hecho ni una pizca de gracia aquella peculiar escena

—¿Nos vamos "Mi Amor"?—Recalque mas de lo que debía la última frase haciendo un gesto de reverencia ofreciéndole mi mano como si la estuviese invitando a salir.

El murmullo de los alumnos hizo que se tensara, iban a estar un buen tiempo hablando de esto lo cual jode pero vale la pena ver la cara que tenia ella en estos momentos.

Una intensa mirada de odio hacia mi por parte de la friki hizo que casi casi sonriera. Tomo sus cosas pasando de mi como si yo no existiera dando pisadas sonoras producto a su enfado hasta que salió de aquel salón. Repuse mi postura y me dirigí hacía afuera todo había salido perfecto, ahora solo queda librarme del castigo de ese viejo director.

Justo antes de salir de aquel salón de clases una mano se posa en mi hombro haciendo que me detenga

—Que sea la última vez que me montas una escenita de estas en medio de mi clase—Dijo aquel profesor en modo de susurro para que solo le escuchara yo, a lo cual no le di mucha importancia y segui caminando pero esta vez me detiene del brazo con mas fuerza de la requerida llevandome hasta la puerta y en el umbral de esta se detiene. No se que estaba haciendo pero no me gustaba nada

—Ah, y mas vale que te alejes de esa chica, o no querras que le hagamos daño

En ese momento me quede en chock, mi vista se dirigio a su cuello y efectivamente tenia el tatuaje de las personas que trabajan para aquel hijo de puta, mi mente era una maquinaría a todo motor no entendia lo que pasaba acaso ahora me estan vigilando. Aquel hombre me solto y cerro la puerta en mi cara yo seguia en chock por lo que me habia dicho, hasta que entre en si y empece a caminar rumbo a la dirección.

Mi cabeza no para de dar vueltas a la situación, era entendible sus amenazas y tal pero ¿que necesidad había de estarme vigilando? No entendía nada asi que di un pequeño suspiro. Mi vista se poso sobre la silueta de una chica, muy conocida para mi, por unos momentos una leve sonrisa se dibujo en mis labios como si todos mis problemas desaparecieran, lastima que solo fueron unos segundos al parecer estaba medio perdida por los pasillos

—Es por aquí—Un tono serio salió de mi boca llamando su atención. Señalé con mi mano el pasillo y segui caminando hacia esa dirección sin hacerle mucho caso.

De momento intentaré mantener distancia con ella, no quisiera involucrarla en problemas que no tienen nada que ver con ella

El sonido de nuestros pasos resonaban en las paredes de aquel interminable pasillo, nadie se atrevía a decir nada, tampoco había mucho que decir, si bien podría disculparme pero no me arrepiento de nada así que no lo haré

Por fin llegamos a una puerta la cual tenia un letrero algo familiar para mi "dirección". Esperemos que el castigo do hoy no sea tan grave aun tengo que pasar por el despacho de la profe Clotilde.

—Yo asumo los cargos—decidí ser yo el que rompiera ese silencio

Abrí la puerta de forma suave. Una expresión de confusión se torno en mi cara al ver a un señor que para nada era el mismo que me llamaba la atención todos los días y que yo supiera no habían anunciado nada sobre un cambio de director. Claramente la chica no se enteraba de nada al parecer ella era nueva aquí.

—¿Perdona, y tu eres?—Pregunte quedándome parado frente a la puerta aun con mi expresión de confusión

—Soy su nuevo director—Respondió aquel señor sentándose en la silla de Marcus el antiguo director de esta escuela—Por favor siéntense

Me quede de pie unos segundos analizando la situación. Hice un rápido chequeo con mi vista, hasta que esta se detuvo frente a un distinguido tatuaje en el cuello. Esto me hizo dudar si entrar o no, estaba decidido a no entrar hasta que por el rabillo del ojo mire a la persona que andaba conmigo. La friki ya se había sentado y lo mejor seria que yo hiciera lo mismo, no quisiera que las cosas se pusieran feas aquí. Tomé asiento, y la expresión que tenia de confusión paso a otra de pocos amigos seguido a una impaciente pierna que se movía de arriba hacía abajo, no me gustaba para nada aquella situación.

La mirada del director cambió a ser neutral a una más desafiante, aunque la mía tampoco se quedaba atrás. El ambiente se estaba tensando y mi paciencia se estaba acabando

—Bien, comencemos ¿por que están aquí?—Dijo el nuevo director de una forma más casual, como si el ambiente de hace cinco segundos no hubiese existido

—Fue mi culpa—Respondí de una forma rápida y seca—Fui yo el que la molesto lanzándole papeles, ella simplemente se defendió, usted más que nadie debe saber que no esta mal defenderse ¿verdad?—le lance esa pequeña indirecta para luego reponerme y sentarme de una forma más "correcta"—así que cualquier cargo que se tome contra ella lo asumiré yo—de esta forma termine de decir todo, sin quitar una mirada de desagrado de mis ojos.

La chica que andaba conmigo se veía nerviosa y no decía nada, pero en estos momentos no estaba de humor para hacerla reír.

—Me parece muy buena su propuesta señorito Liam—Dijo aquel señor recostándose a la silla—Pero los dos han cometido una indisciplina y los dos tendrán que pagar por ello, se quedan esta tarde limpiando el aula de química pueden retirarse—De esa forma aquel señor no tan viejo concluyó su regaño a lo cual yo no me levante de la silla y seguí mirándole

—Esta tarde no puedo director...—Murmuro la cerebrito dando por fin señales de vida

—Pues lo hubiese pensado mejor antes de cometer dicha indisciplina, si esta tarde no se queda a limpiar las consecuencias serán aun peores—La mirada de el se dirigió hacia mi y una pequeña risa sarcástica salió de mi boca

—¿Indisciplina? Oh venga ya, ni que hubiera pateado a una anciana—soltó una cerebrito molesta, recogiendo sus cosas salió de aquel salón.

Mi vista seguía fija en un solo sitió con algo de impaciencia, y ese sitio era la hermosa cara de el nuevo director

—Ya sabes lo que tienes que hacer—Recalcó aquel señor ordenando los papeles de aquel escritorio.

Sin embargo yo no me moví de allí y seguía mirándole esperando una explicación a dicha situación.