Encuentro inesperado

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Maravillosa portada realizada por Loverbooks21_ de la Editorial Edkingofkings
Gracias!!!

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Este relato fue ganador del Miniconcurso La Ruleta del Rey de la Editorial Edkingofkings

Dedicado a CronoBarker . Gracias por tu apoyo constante!!!! Espero lo disfrutes :D

—Esto no es buena idea, Leo —mencioné mientras observaba con escepticismo el lugar que teníamos enfrente

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—Esto no es buena idea, Leo —mencioné mientras observaba con escepticismo el lugar que teníamos enfrente.

—Jessica, ¿en serio vas a creer esos cuentos absurdos? —preguntó un poco irritado.

Mi novio y yo queríamos tener un momento de intimidad. En nuestras casas no podíamos, y las rentas de habitaciones eran demasiado costosas; así que él tuvo ‘’la brillante idea’’ (noten el sarcasmo) de utilizar como nido de amor…

una casa abandonada.

Era famosa en el pueblo; todos conocíamos las historias de los ruidos extraños y otras tétricas murmuraciones acerca de ella.  Parecía una de esas residencias de las películas de terror. Un césped exuberante, varias plantas muertas y un árbol seco componían el mugriento jardín. Las paredes estaban descascaradas y adornadas con hiedras, las ventanas y la puerta se encontraban destrozadas. 

Justo cuando iba a desistir, Leo se colocó frente a mí, sostuvo mi rostro y besó la comisura de mis labios. Posicionó una mano sobre mi trasero y la otra en mi nuca, hundió su cabeza en mi cuello y comenzó a dejar un rastro de lamidas y besos húmedos. Se acercó a mi oído y sentí su pesada respiración. Mordía y succionaba mi oreja, haciéndome estremecer. Se separó unos escasos centímetros y me miró con una intensidad devoradora. 

El muy jodido me había embriagado con su encanto y sólo quería más y más.

Todo vestigio de duda desapareció, y lo seguí. 

El olor a humedad se introdujo ferozmente por mis fosas nasales. Tragué grueso observando a mi alrededor. Leo entrelazó sus dedos a los míos, y subimos la escalera hasta llegar al largo pasillo con habitaciones a ambos lados y entramos a una de ellas.

Sólo pensaba en retractarme.

Leo sacudió la sábana de la cama, haciéndome estornudar. Se acercó a mí y nos besamos lentamente hasta ir intensificando la velocidad de manera progresiva, convirtiéndose en un beso sediento y pasional. Fue introduciendo sus manos a través de mi blusa de uniforme hasta que un ruido en el primer piso me hace empujarlo instintivamente.

Nos quedamos inmóviles, en silencio absoluto, y el sonido de unos pasos llegó hasta mis oídos. Quizá sólo era producto de mi imaginación, así que le pregunté mediante señas si había escuchado lo mismo. Efectivamente, eran reales. 

Leo me abrazó con fuerzas y un nudo hizo presencia en mi garganta. Mi cerebro estaba hiperventilando, respiraba agitadamente y sentía los latidos del corazón en mis oídos.

Mi novio tomó una tabla que estaba en el suelo, sostuvo mi mano y salimos sigilosamente, dispuestos a enfrentar lo que fuera, aunque en realidad moríamos de miedo.

¡¿En qué demonios pensaba cuando acepté?!

Casi llegábamos a la escalera cuando unos dedos tocan ambos lados de mi cintura. Grité, salté y me volteé lanzando una patada al culpable.

Hecha un manojo de nervios, me enfrenté con David, mi mejor amigo, retorcido de dolor, con las manos sobre su entrepierna. A su lado estaba Gabriela, su novia.

Después de todo, no fuimos los únicos dementes que querían usar como refugio amoroso la casa abandonada.

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