Era un domingo común, y Nicolle caminaba hacia una de las heladerías del pueblo. A pesar de no ser la más cercana a su casa, era la que visitaba cada viernes y fin de semana.
Su vida monótona y desesperanzada había cambiado. Todo gracias a él, Christian, quien apareció en su vida cual rayo de luz después de una tormenta.
-¡Buen día, dulce de leche! -la saludó un alegre Christian en cuanto la vio entrar. Así le llamaba, en alusión al helado favorito de la chica.
-¡Hola! -contestó con una tímida sonrisa.
-¿Lo mismo de siempre?
-Sí, por favor.
El chico le hizo compañía mientras ella degustaba su helado de dulce de leche con chispas de chocolate. Conversaron de temas aleatorios y rieron como en cada ocasión. Él la observaba de manera embobecida y con un bonito brillo en su mirada; pero para Nicolle era imposible percibirlo.
A la semana siguiente, Christian la esperó durante sus días de trabajo, pero ella nunca llegó. Quiso buscarla, mas no tenía idea de cómo.
Pasaron cuatro meses, y Nicolle marchaba nuevamente a la heladería, pero esta vez ya no se sentía en una habitación cerrada y oscura, aunque anduviera en el exterior a plena luz del día. Ya era capaz de ver todo cuanto le rodeaba.
Llevaba un vestido primaveral de estampados verdes que combinaba con sus ojos, y su cabello castaño claro se mecía con un fresco viento de marzo.
Se detuvo frente a la puerta del establecimiento, mordió su labio inferior mientras pasaba sus sudorosas manos por el vestido y acomodó un poco su cabello con los dedos.
Su sonrisa desapareció cuando al preguntar por él, le respondieron que ya no trabajaba ahí. Con las alas del corazón rotas, salió del local y caminaba por la acera mientras pensaba en la forma de poder encontrarlo. Necesitaba hacer algo.
-¡Nicolle!
Ella se detuvo en seco ante el llamado, sintiendo un vuelco en el corazón y las mariposas danzando ferozmente en su estómago. Podían pasar años, que esa voz siempre sería inconfundible.
Se giró despacio, y ahí estaba él, caminando hacia ella con una sonrisa de par en par.
-Hola, dulce de leche -dijo el chico, tomando su mano y plantando un beso en su mejilla-. Siempre tuve la certeza que ibas a regresar.
Y después de mucho, sus ojos de esmeralda lograban hacer contacto por vez primera con los de color miel que la amaban en secreto y que ahora le intentaban decir lo mucho que la extrañaron; por vez primera vislumbraba al dueño de esa voz tierna y varonil que la cautivó desde el primer momento, porque a pesar de nunca haberlo visto físicamente, Nicolle sí lo conocía con los ojos del corazón.
Dedicado a todos los que saben ver con los ojos del corazón <3
Les he dejado arriba el videoclip de "Preciosa", interpretada por Descemer Bueno y El Chacal, ambos cubanos. Me la ha recomendado un amigo para que acompañara este pequeño relato y me ha encantado. Espero la disfruten tanto como yo :D
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Relatos juveniles
Short StoryConoce a: Leo y Jessica, una joven pareja que pretende usar una casa abandonada como nido de amor. Ronald, un chico que no es bueno con las palabras románticas pero busca la manera perfecta de declararle su amor a Ashley en la fiesta de San Valent...