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Frida se había ido, me negué rotundamente pero ella dijo que mejor después saliéramos, quería que me fuera con Nick.
Estábamos en su cabaña, como hacía frío, dijo que haría algo de té para nosotros, no me negué, era fan del té.

—Gracias — agradecí mientras tomaba la taza

Estaba algo caliente, así que decidí esperar que se enfriara un poco.

Lo miré de reojo, él acomodaba ciertos cubiertos en la alacena, hice un sonido con mi garganta.
Estaba nerviosa.

Se veía muy atractivo, ay que bueno, con su barba y su pelo un poco largo también se veía muy bien, pero no sé, me atraía mucho en éste preciso momento.

¿Me veré bien? tan sólo me faltó algo de labial...demonios — pensé preocupada

Acerqué la taza en mis labios, le tomé, estaba caliente pero soportable

—Cuidado, no te vayas a quemar — comentó un poco burlón mientras se sentaba al lado mío

Lo miré para después asentir.

¿Por qué me sentía tan nerviosa? No lo entendía.

—Espero te haya caído bien mi amiga — comenté de repente, tratando de pensar en otra cosa

—Tiene una actitud con mucha energía — comentó convicente — pero se preocupa mucho por ti, esa clase de amistades debes de mantener contigo — murmuró para después tomar de su té

Miré a otro lado para después asentir

—Luces...muy bien — comenté rápidamente mientras tocaba sus mejillas

—Gracias, quise hacerme un cambio, parecía un cavernícola — rió levemente

—Para mí lucías muy guapo — hablé rápidamente para después tomar de mi té

Vi que él rió un poco para después acariciarme la mejilla.

Dejé la taza en la mesa y lo miré.

Había olvidado que a él le quedaba demasiado bien el color negro, traía consigo un suéter negro con unos pantalones de mezclilla, se veía muy bien.
Sé que lo he dicho varias veces pero enserio no podía con tanto.

No sé de dónde había sacado tanta fuerza para hacerlo pero, tan sólo me acerqué a él para besarlo.
Oí el sonido de su taza, también dejándola en la mesa.
Me acerqué más a él mientras lo besaba, Nick llevó una de sus manos a mi mejilla, quería profundizar el beso.

Quería estar con él

Como pudimos, nos levantamos de las sillas de la mesa y caminamos hasta su habitación, aún besándonos.
Nick abrió la puerta, y en cuestión de segundos, ya estábamos en su cama.

Gemí un poco, ya que estábamos muy cerca
Me dediqué a acariciar su espalda para después ir hacia su cabello.

La Caótica Vida De Ana |Nikolaj Coster|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora