Todas las personas del mundo tiene a su alma gemela o destinado, todas y cada una, no todos tienen la suerte de poder encontrarla ya sea porque vive en otro estado, país, continente o porque sencillamente uno murió antes de conocer a el otro.
Se dic...
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Shigaraki Tomura
Es una mierda esto de tener un destinado, esa desgraciada no sale de mi cabeza en prácticamente ningún momento del día y el sencillo hecho de que tenemos que, tanto Kurogiri como yo, enfocarnos en nuestros planes para derrotar a ese hombre que se hace llamar el símbolo de la paz prácticamente me están volviendo cada vez más loco.
Debo de reconocer que desde que la fui a ver al hospital esa jodida presión en mi pecho desapareció totalmente, diariamente voy a su casa a ver si no le sucede algo, lo que le pase a ella, muy, muy a mi pesar, me pasa a mi. Claro está que ella a mi no me ha visto en ninguna ocasión, acosar a alguien no es el mayor de los delitos que he cometido y ni siquiera se acerca a alguna de las cosas que he hecho en un pasado, además es mi destinada y al que no le guste —obviándonos a la mocosa y a mi por supuesto— que venga y me lo diga en la cara, ya veremos con cuantas extremidades sale.
Cuando el reloj marcan las 4:45pm salgo del bar y me dirijo a la casa de ella, se que su nombre es Fukihana Shina, tiene 15 años, cinco menos que yo, vive con sus padres los cuales tienen un restaurante familiar y tiene un quirk no muy útil para pelear con otros, es muy cercana a sus vecinos y a cuatro chicos de su salón, el niño loco explosivo del cual tiene el cuarto lleno de fotos estúpidas, el que se parte a cada rato los dedos, un rarito de pelo rojo que se la pasa sonriendo y una intensa de pelo negro que tiene pinta de niña rica.
Se supone que hoy vira de sus pasantías con el encendedor andante, la vi hace unos días cuando pasó lo de Stain, el cual, a pesar de que le ordene que no se atreviera a tocarla a ella le enterró una maldita daga en la mano, estúpido anti-héroe. Necesito hablar con ella sobre cómo serán las cosas, no puedo pasármela contando los días para que me de un ataque de porquería de esos, ya me tienen obstinado.
Alrededor de las 5:10pm llegó a la estación de trenes, no soy el mayor fan a salir del bar y estar rodeado por tantas personas pero, un estúpido tapabocas y la capucha de mi sudadera ayudan a que no me reconozcan, por suerte, no ando de humor para toparme con héroes o policías que se puedan encontrar por la estación. Desde donde estoy alcanzo a ver a su madre y a su vecina chillona esperarla.
Las sigo a una distancia pronunciada, y digo las porque la gritona vecina que es la madre del que siempre anda con ella y la madre de dicha chica, la cual, por suerte, no grita tanto como la rubia de pelo encrespado aun están con ellas, iluso fui al pensar que solo la recibirían y luego se largarían por otro lugar.
Saco el aparato que el sensei me ordenó que utilizase para cuando no esté en la base y le envío un mensaje, hace un par de días ella me llamó y a pesar de que colgó rápido supe que fue ella al instante ya que es la única que tiene mi número de celular sin contar a Kurogiri y al sensei, niña tonta; ella accede a vernos esta noche y una vez veo que entra a su casa me doy la vuelta y caminó rumbo al bar.
Tengo planeado llegar con ella a un acuerdo, que días debemos vernos, la hora y tal. Tengo planes que realizar y debo cuanto antes resolver este estúpido problema. Sin tan solo ella no fuese lo que es, esto sería más fácil para ambos, ella no tendría que verse con un villano, alguien a quien tiene que capturar y yo no tendría nada que ver con lo que más odio, un falso héroe.