Amor peligroso (Borrador)

Capítulo 1

Hurrem

Al fin podía dar un paseo con tranquilidad, últimamente me sentía demasiado cansada, pero es algo normal cuando tienes que cuidar tus espaldas de tus enemigos, te descuidas un solo momentos y ya puedes estar apunto de morir sin si quería saberlo.

Maldigo una y mil veces a ibrahim pasha, pensé que todo estaría bien después de conocer al sultán, pero al parecer el amor en este harem verdaderamente no existe o al menos no el amor que a mí me gustaría tener.

Aún quiero ese amor en el que ambos seamos felices, fieles el una al otro, dónde haya comprensión, risas y sobre todo amor.

¿Suleiman me amaba? Yo creo que no, si me amara no estaría con otras mujeres.

- Sultana - me llamaron desde atrás y sabía a quién pertenecía esa voz.

- Ibrahim pasha - murmure mientras daba la vuelta.

- ¿Relajándose? - preguntó.

- Lo estaba haciendo hasta que llegó usted - sonreí - ahora comienzo a tener dolor de cabeza.

- ¿Enserio? - preguntó divertido - yo creo que en realidad no le duele nada.

- Las apariencias pueden engañar pasha.

- Oh créame, yo lo sé mejor que nadie - dijo mirándome fijamente.

Voltea la cabeza algo incómoda por su mirada, provocaba cosas en mi, que no debería provocar.

- Puedo preguntar ¿Por qué está aquí?

- Usted es libre de hacer lo que quiera - sonrió - estoy aquí por qué también quería dar un paseo.

- ¿Un paseo?

- Si, un paseo ¿No puedo tomarlo?

- Para nada, es libre de hacer lo que quiera.

- No todo - murmuró - pero lo primordial si.

- Fue un gusto hablar con usted, pero es tiempo de irme - dije divertida.

- Lo entiendo, pero estoy seguro que nos volveremos a ver.

- Claro que nos volveremos a ver pasha.

Me di la vuelta y trate de salir lo más rápido posible de ahí, aún tengo problemas con controlarme cuando estoy cerca de ibrahim, pero tenía motivos lo suficientemente fuerte como para controlarme y comportarme de manera adecuada.

- Sultana - firial entro en mis apocentos.

- ¿Paso algo? - pregunté.

- El príncipe mehmet y la sultana Mihrimah quieren verla.

- Entonces vamos a verlos - sonreí.

Salimos juntas y fuimos hacia donde se encontraban mis hijos, cuando llegue ambos me abrazaron con mucha emoción.

- Madre, vayamos a dar un paseo con mi padre al jardín - pidió mehmet.

- Si, hagamos eso madre - respondió Mihrimah.

Bueno, posiblemente ibrahim ya se haya ido del jardín así que no le veo el problema, solo asenti y los tres juntos fuimos a buscar a su padre.

- Queremos ver a nuestro padre - dijo mehmet emocionado a los guardias de la puerta.

- Debo preguntar primero príncipe - dijo el aga y entro a los apocentos.

- ¿Por qué tiene que preguntar madre? ¿No puedo ver a mi padre cuando quiera? - preguntó Mihrimah.

- Cariño, tu padre aveces está ocupado y es mejor no interrumpir en esos casos por eso es mejor esperar a que él diga que no está ocupado y que pueda dar un paseo con nosotros - expliqué.

Ella asintio al igual que mehmet.

- Pueden pasar sultana - el aga salió e informó.

Asentí y cogí la manos de mis dos hijos para entrar juntos.

- Suleiman - saludé cuando entramos a los apocentos.

- Padre - gritaron ambos y fueron a correr hasta llegar a su padre.

Suleiman los espero con los brazos abiertos mientras me sonría.

- ¿Cómo están? - preguntó riendo suleiman.

Ante esa imágen no puede evitar dar una sonrisa, quizás mi relación son suleiman aveces era mala por qué estaba con otras mujeres, pero la emoción de mis hijos con su padre es única.

- Estamos bien padre, madre y nosotros vinimos para dar un paseo juntos - dijo mehmet con los brazos en el aire.

- Entonces vayamos a dar un paseo - sonrió.

Ambos niños asintieron emocionados y corrieron rápidamente a mi lado.

- Tengan más cuidado, pueden lastimarse - advertí.

Ellos asintieron aún son su sonrisa, suleiman llegó hasta mi con una sonrisa, extendió sus brazos, pero en esta ocasión no fui hasta él, si no que espere a que él llegara a mi para darme un abrazo.

- Hurrem - dijo mientras me daba un beso en la frente.

- Suleiman - le di una sonrisa pequeña.

- Entonces vayamos al jardín.

Asentí y antes de que pudiera decirle algo a mis hijos, ambos salieron corriendo hacia la puerta.

- Alá, de nada sirven mis palabras - me queje.

- Son niños, es normal en ellos - respondió suleiman.

- Supongo que si - murmure agotada.

Ambos los seguimos hasta que llegamos al jardín.

- Madre, esas rosas son tan hermosas como tú - grito mehmet.

Sonreí por su comentario.

Todo estaba bien hasta que ibrahim apareció delante de nosotros, mi cuerpo se tensó de inmediato.

- Ibrahim - suleiman le sonrió.

- Su majestad - bajo la cabeza en forma de saludo - sultana - se dirigió a mi, pero no parecía para nada contento.

- Pasha - fue lo único que logré articular.

- Príncipe sultana - está vez se dirigió a mis hijos

- Estamos dando un paseo - suleiman comento aún con una sonrisa - ¿Por qué no vamos juntos? - preguntó.

- Se lo agradezco su majestad, pedo tengo que ir a ver a la sultana hatice - me miró de reojo.

Pude sentir la furia brotar en cada una de mis venas, pero respire y las controle de inmediato, como siempre lo hacía.

- Suleiman, creo que ibrahim debería ir a verla, la sultana hatice debe sentirse igual de triste que como yo me siento cuando no puedo verlo - dije mientras me colgaba de su brazo.

Pude ver a ibrahim apretar la mandíbula y sus ojos estaban directamente viendo al enlace que había entre los brazos de suleiman y yo.

- Si ese es el caso, deberías ir ibrahim - dijo suleiman.

- Claro su majestad, con su permiso - bajo de nuevo la cabeza y paso de nosotros.

Por curiosidad voltee la cabeza hacia donde se había ido ibrahim y pude ver la mirada furiosa que aún nos dirigía, está vez no intento disimularla para nada, solo le sonríe mientras apretaba más el agarre en el brazo de suleiman y pegaba mi cuerpo más a él, con toda la intención de molestar a ibrahim más de lo que ahora está.

Esto se estaba volviendo divertido.