Hurrem
Lo acepto, despertarme y no ver a ibrahim después de lo que pasó entre nosotros anoche, me molestaba, pero no era como si pudiera quejarme, es decir, hizo lo correcto y lo más propio, si alguien se enterará de eso, definitivamente se nos daría la orden de ejecución y no solamente a nosotros, si no que también a mis hijos.
- Te ves hermosa incluso cuando tienes esa cara de molestia.
Di un pequeño salto en mi lugar al escuchar una voz de la nada.
- Ibrahim - murmuré.
- ¿Vas a ver al sultán? - preguntó cuando se dió cuenta a qué dirección estaba yendo.
- Si, iré a verlo un rato - respondí.
Podía ver su rostro de molestia, pero también sabía que posiblemente no diría nada, porque sabe que esto es algo que tengo que hacer, quiera o no.
- ¿No dirás nada respecto a lo de la mañana? - preguntó.
- No tengo nada que decir pasha, entiendo los motivos, no deja de molestarme que hayas hecho eso, pero lo entiendo - dije.
- Sabes que quisiera que no pasáramos por nada de esto hurrem - se acercó más a mi, pero levanté mi mano en señal de que debía detenerse.
- No es algo que dependa de nosotros - me di la vuelta - y sobre lo que pasó anoche, no me arrepiento de nada, pero será mejor que no se acerque a mi en lugares en los que las personas del palacio podrían malinterpretar las cosas.
- ¿malinterpretar? están en lo correcto con lo que lleguen a pensar si nos ven juntos.
No podía verlo, pero estaba segura que estaba algo enfadado.
- Pero no tienen por qué saberlo - dije distante y seguí mi camino con dirección a los aposentos del sultán.
No me arrepentía, pero sabía que si alguien se enteraba, estaba acabada y mis hijos también, me deje llevar por el momento y voy a hacer lo posible para que no vuelva a suceder.
- Deseo ver a su majestad - les dije a los dos hombres que se encontraban en la puerta.
- Su majestad está con su harem mi sultana.
Está vez no dije nada y tampoco cambie mi cara, solo di media vuelta y me fui de ahí, no es que me sorprenda.
Ojalá y esa mujer lo entretenga toda el día.
Me estaba dirigiendo a dónde mis hijos, era mejor pasar tiempo con ellos, solo espero que no me piden ver a su papá hoy porque realmente no quería interrumpir a Suleiman.
- Sultana - firial saludo.
Antes de que pudiera preguntar por mis hijos, ellos salieron corriendo y se aferraron a mis piernas mientras me saludaban, me agache.
- Mis amores - les di un beso a cada uno.
- Madre - me saludaron - ¿podemos ir a dar un paseo al jardín contigo? - preguntaron.
- Claro que si mis amores, no hace falta preguntar - sonreí.
Nos fuimos con dirección al jardín para dar el paseo, cuando estuvimos ahí, ibrahim se cruzo nuevamente en mi camino ¿que acaso no tenía nada que hacer como visir? al parecer no.
- Sultana, principe, sultana - saludo con una sonrisa.
- Ibrahim pasha - volví a saludar.
- Ibrahim, vamos a dar un paseo junto con mi madre ¿sabes si mi padre está ocupado? puede ir también con nosotros - hablo mehmet.
- Principe, su majestad está algo ocupado en estos momentos, pero puedo ir con ustedes si así lo desea y claro - me miró - si la sultana está de acuerdo.
- Se lo agradezco, pero no, debe estar muy ocupado - le sonreí irónicamente.
- Madre por favor - escuché a Mehmet decir - es que siempre paseamos contigo, padre no suele tener mucho tiempo.
- No se preocupe sultana, yo siempre puedo hacerme algo de tiempo en ocasiones como estás - sonrió.
- Claro, por supuesto, entonces está bien - dije ignorando totalmente lo que quiso insinuar como si no me hubiera dado cuenta.
- Juega con nosotros Ibrahim - dijo Mehmet jalando a su hermana de la mano para que se una a ellos.
- ¿Que pretendes con esto? - pregunto deteniendo sus pasos que iban detrás de mis hijos.
- No sé a qué se refiere sultana, simplemente estoy cumpliendo los deseos del principe y la pequeña sultana - sonrió como si no supiera de que estaba hablando.
- No creas que me voy a tragar ese cuento tuyo - me cruce de brazos mirándolo.
- Creo que se está haciendo ideas raras sultana - sonrió como si la situación fuera divertida
- Bien, no te diré nada está vez - le dije cuando Mehmet llegó con nosotros de nuevo.
- Ibrahim ven - lo llamo mientras tiraba de su brazo para llevarlo con él.
No tuve más opción que quedarme sentada mirando por un largo tiempo.
- Hurrem - escuché atrás mío y me paralice de inmediato.
Parece que esa mujer no pudo entretenerlo mucho, es una lastima realmente, estaba muy cómoda aquí sin su presencia.
- Su majestad - me levanté rápidamente a saludarlo.
- ¿Que estás haciendo aquí sola? - preguntó.
- No estoy sola su majestad - voltee la cara para la dirección donde estaban mis hijos e Ibrahim.
Suleiman repitió mi acción y cuando vio la escena frunció un poco el ceño solo que no pude diferenciar si era molestia o curiosidad.
- Parece que Ibrahim tiene mucho tiempo libre como para venir aquí y jugar con mis hijos - soltó de pronto.
- No es así su majestad - me acerque un poco él - Sus hijos insistieron en jugar con él porque usted estaba algo ocupado - sonreí inocente sabiendo que quizá él iba a malinterpretar esa frase con que estoy celosa, pero para nada es eso.
- Hurrem sabes que lo del harem...
- Tú también sabes que jamás aceptaré eso - corte sus palabras.
No era por celos está vez, me daba igual con quién estuviera él, pero están mis hijos, tengo suficiente con que ellos estén en amenaza con Mustafa y su madre, no puedo dejar que haya más hijos con otras mujeres.
No respondió nada, simplemente suspiro y negó con la cabeza.
- Su majestad - escuché a Ibrahim.
- Parece que tienes mucho tiempo libre Ibrahim - sonrió, pero por alguna razón no parecía una sonrisa feliz.
- Padre - los niños llegaron justo y lo agradecí internamente.
- Hijos míos - sonrió y se agachó abriendo los brazos para recibirlos.
- Padre Ibrahim jugo con nosotros, quería jugar contigo, pero madre dijo que estabas ocupada y le pedí a Ibrahim que juegue con nosotros, no lo regañes - pidió Mehmet.
- Si padre, no lo regañes por favor - pidio mi pequeña sultana con un bulto pequeño en sus labios.
Tuve que guardar la pequeña sonrisa que se me quiso salir por la mueca de puchero que hizo mi hija, realmente sabía cómo funcionaba su padre.
- Muy bien, no lo voy a regañar entonces - sonrió para después darle un beso en la mejilla a su hija.
Bueno, al menos habíamos librado esta.
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Amor peligroso (Borrador)
Short StoryDos personas que juraron odio a muerte ¿realmente sentirán eso?