Hurrem
¿Hay algún método para eliminar los celos de una manera inmediata?
Es la pregunta que me llevo haciendo desde que llegué aquí, tan solo llevo unos pocos minutos junto con suleiman, la sultana hatice e ibrahim, pero ya quiero lanzarme hacía la sultana para alejarla de ibrahim.
Me resulta muy molesto la manera en que le sonríe y me molesta mucho más ver qué ibrahim le devuelve las sonrisas.
¿Por qué le sonreía?
Por qué es su esposa y por qué tú fuiste quien le dijo que se alejara por aquella propuesta que te hizo
Me respondí a mi misma, pero es que cuando yo le dije que se alejara de mi, no me refería a que se pegará más a la sultana hatice.
- Hurrem - suleiman me llamó y voltee a verlo con una sonrisa fingida.
- ¿Si suleiman? - pregunté.
- ¿Te sientes mal? No te ves muy bien.
Acercó una de sus manos y acaricio mi mejilla derecha, por alguna razón mis ojos se desviaron justo en el lugar donde ibrahim se sentaba, sus ojos estaban mirando furiosamente la mano de suleiman en mi rostro.
- Estoy bien suleiman, solo estoy un poco cansada - sonreí.
- Entiendo, últimamente estas muy cansada - comentó.
- Quizás Hurrem me de otro sobrino pronto - bromeo la sultana hatice.
Voltee a verla de inmediato al igual que suleiman.
La cara de ibrahim se descompuso de inmediato y pude ver el ligero rencor con el que miro a la sultana hatice por lo que dijo, podía deducir porque la miro de esa manera, pero realmente la sultana hatice no dijo algo que no sea posible.
- Hatice, no deberías decir cosas como esas, recuerda que no eres una doctora y quizas no sea así, puedes causar una emoción en su majestad en vano.
Su voz trató de ser calmada o al menos parecerlo, pero yo pude distinguir perfectamente la molestia en su voz, cosa que me hizo sonreír con diversión, ya no era la única molesta en esta mesa.
- No te preocupes ibrahim, puede que lo que diga hatice sea cierto, pero hay que confirmarlo - sonrió suleiman.
¿Otro hijo?
Recuerdo que hace un tiempo dije que le daría muchos hijos a suleiman, pero eso era antes de todos sus engaños, sabía que la única manera de ser reconocido y no ser olvidada en este lugar era mediante los hijos, pero también se que en este lugar mis hijos corren peligro por el trono, Mihrimah es la única que puede mantenerse a salvo por ser una mujer, pero aún así no podía dejarla simplemente de lado, también tenía que preocuparme por ella, un bebé más, una persona más a quien proteger.
- Creo que no es necesario suleiman, debe ser por qué no estuve durmiendo muy bien - dije sonriendo tratando de convencerme a mí misma de que era eso y no un bebé.
Su sonrisa se borró y me miró de manera seria.
- De igual manera haremos ese examen medico Hurrem - dijo con simpleza.
- Suleiman no es necesario, estoy bien y recuerda que no ha pasado mucho desde que tuvimos a Mihrimah - traté de convencer.
- Es un tema que no discutiremos y mucho menos aquí.
Su tono fue cortante lo que dió a entender que no discutiría más el tema y yo tampoco tenía intenciones de hacerlo.
Un silencio algo incómoda se formó en la habitación, levanté mi mirada y pude encontrarme con la ibrahim, tan solo fueron unos segundos antes de que él retirará la mirada, pero esos segundos fueron únicos y especiales.
- Hurrem - la sultana hatice me llamó.
- ¿Si sultana? - pregunté lo más educada que pude.
- Dices que no puedes dormir bien, puedo preguntar el por qué.
- Hurrem y yo hemos pasado mucho tiempo juntos hatice.
Suleiman me interrumpió, no me molestó porque realmente tampoco sabía que responder asi que no le tome importancia y seguí comiendo el postre que tenía delante mío.
- Suleiman, quiero retirarme.
Después de un tiempo fue la primera en hablar, comenzaba a sentirme cansada, el problema estaba en que no podía dormir por muy cansada que este.
- Claro, podemos irnos - sonrió.
Nos levantamos y nos despedimos de nuestros acompañantes, antes de salir ibrahim me miró por última ves, sin embargo, su cara no era de felicidad, era todo lo contrario.
- Te acompañaré hasta tus apocentos - dijo suleiman cuando salimos.
¿No se iría conmigo?
- ¿No iremos juntos a sus apocentos mi sultán? - pregunté.
- No, hoy no Hurrem, deberías descansar un poco.
Su tono era distante y frío, sabía que quizás este con otra mujer está noche, pero realmente no me molestaba, de hecho me sentía aliviada de no pasar esta noche con él, cada ves se volvía más difícil.
- Como usted ordene su majestad - respondí.
Mi tono no fue cortante ni dolido como lo era antes y al parecer eso lo sorprendió, pero no dijo ni hizo nada al respecto.
En todo el camino a mis apocentos, no dijo ni una sola palabra y cuando llegamos simplemente me deseo una buena noche y se fue.
Cuando estuve solo en mis apocentos respire profundamente, decidí ir al balcón de mis apocentos para respirar un poco de aire puro, pero antes de que pudiera salir al balcón una mano me agarró por el brazo y me tapo la boca.
Sentí claramente un cuerpo detrás mío, mi respiración de agitó y busque la manera de salir de su agarre, pero no sirvió de nada.
- Tranquila, soy yo - me susurraron al oído.
Repite con alivio al saber que era ibrahim, debería alterarme más, pero no, yo me sentía bien sabiendo que era él.
Su agarre no se aflojó ni un poco aunque yo no estaba haciendo esfuerzos por salir.
Después de unos segundos quitó su mano de mi boca y me dió la vuelta para quedar frente a frente.
Oh por alá, tenerlo cerca me causaba demasiadas emociones, estaba segura que esto no acabaría bien, no cuando ibrahim y yo estamos en una habitación a solas, no cuando deseo con locura que toque cada espacio de mi piel.
Si, definitivamente esto no acabaría bien, sin embargo, no quería que se detuviera, no quería que detuviera su mano, la cual comenzaba a buscar la forma de quitarme el vestido que traía puesto.
Si, definitivamente no quería que se detuviera.
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Amor peligroso (Borrador)
Short StoryDos personas que juraron odio a muerte ¿realmente sentirán eso?