ADRENALINE 08

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Luego del comentario de Ares, le pegue una patada en sus partes y no me dijo nada fuera de lugar en todo el día. Theo se dedicó a enseñarnos las leyes básicas con las que había que cumplir siendo parte de su familia. También nos explicó que eran una mafia derivada de los Yakusa, así que una vez a dentro nos volvíamos todos parte de la familia y esto nos otorgaba una especie de protección a nosotros y a las personas que queramos. Y como algo obvio, había todo un ritual de iniciación, y luego de este, las leyes comenzaban a regir.

Estábamos de camino a mi casa con Theo y por primera vez sentí el silencio que había entre nosotros incómodo.

- ¿Pasa algo? – le pregunte medio preocupada.

- ¿Está mal estar celoso de Ares? – me pregunta estacionando en la puerta de mi casa. Me quedo sorprendida y por alguna razón rara, también nerviosa.

~ directo, me gusta~

- Nunca fuimos nada serio, después del campamento no nos volvimos a ver por 3 años, así que, si en algún momento llegue a sentir algo por él, ya no hay rastro – le dije tranquila regalándole una sonrisa tímida. Solo asintió y volvió mirar hacia adelante.

- ¿Queres entrar a casa y mirar una película? – por alguna razón no quería que el entendiera que sentía algo por Ares o que podría llegar a pasar algo. El solo me asintió con la cabeza y nos bajamos del auto, una vez dentro de la casa nos dirigimos al living y le indique que buscara una película para que veamos mientras yo traía algo para comer.

- ¿Psicosis? – pregunte mientras dejaba una bolsa de papas y otra de 3D en la mesa ratona junto unas latas de Coca-Cola, para luego sentarme a su lado en el sillón.

- ¿La viste? – me abrazo por los hombros.

- No, pero había empezado a ver Bates Motel – empezamos a ver la película, no suelo mirar películas de terror porque me dan miedo, pero esta no estaba tan mal. Cuando íbamos a la mitad de la película, mi cuerpo empezó a pasar factura de las dos peleas que tuve hoy y poco a poco empecé a cerrar los ojos hasta dormirme.

Me desperté porque mi celular estaba sonando y ahí me di cuenta que estaba durmiendo encima de Theo, abrazándolo en el sillón. Me levanté tratando de no despertarlo y atendí la llamada sin fijarme en quien era, ¡grave error!

- Hola hija, buen día – escuché la voz de mi madre, mierda pensé.

~ ¿Buen día? ¿Qué hora es? ~

- Hola ma – susurre mientras me dirigía a la cocina para no despertar a Theo.

- ¿Porque susurras? – pregunto confundida. – no estarás con alguien, ¿no? Por favor Rebecca, no me digas que estas en lo de un chico; sabía que era mala idea no dejarte con una niñera, le voy a mandar un mensaje a Olivia para que te vaya a cuidar – medio que entro en pánico.

- Mama ya soy lo suficientemente mayorcita, no necesito que Olivia me siga cuidando – suspire cansada – Estaba susurrando porque estaba durmiendo – concluí.

- Espero que no me mientas – rodee los ojos por su comentario – te llame porque tengo noticias – dijo ahora más tranquila.

- Ares esta allá – por alguna razón no me sorprende que sepa de la presencia del dios de guerra.

- Cuídalo – iba a preguntarle por qué, pero dijo unas palabras que me dejaron helada – Se leal, se real, y por sobre todas las cosas Omertà.

- No me puedes decir esto y menos por medio de una llamada – el pánico empezó a recorrer mi cuerpo.

- Perdón hija, pero no vamos a vernos por un tiempo. Las cosas en cuba no salieron como lo esperábamos y en este momento nos encontramos en china bajo la protección de Yakusa – sabía que eso solo podría significar una cosa.

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