Gargola - Gotham

Capítulo 2: Detectives en problemas.

Sweet Child O' Mine

[She's got a smile that it seems to me
Reminds me of childhood memories
Where everything was as fresh as the bright blue sky
Now and then when I see her face
She takes me away to that special place
And if I stare too long, I'd probably break down and cry]

Guns N' Roses

1

   La noche luego del funeral, Stone se dedicó a continuar su trabajo. Se apoyó sobre la barra y sirvió tragos a la gente que cenaban y miraban el espectáculo de esta noche. Una mujer atractiva, con el vestido que Marilyn Monroe usó en Gentlemen prefer Blondes, más en específico en la canción de Diamonds Are A Girls Best Friend. Estaba justamente cantando esa canción, tenía una voz muy similar a la de Marilyn, aunque ella le agregaba un toque más sensual.

   Suspiró mientras veía a Oswald tirarse en la barra, esperando a la joven Mooney, como siempre.
   Además de cargar un paraguas, disfrutaba hacerle cumplidos a su jefa, lamiéndole los tacones como un perro faldero.
   Luce excelente esta noche, srta. Mooney, qué buen cabello, srta. Mooney. Tiene un gran gusto musical, srta. Mooney. Con el tiempo te acostumbras a escuchar tantas lamidas de botas, Oswald no se detenía, por ésto mismo, a Stone no le inspiraba confianza, sentía que algo entre manos tenía.

   "Oswald Cobblepot, lo vi por primera vez cuando llegué a buscar empleo por aquí, él temblaba, detrás de Fish, como un perro débil tras su dueño", miró de reojo al hombre de apariencia pingüinezca. "Me saludó con voz trémula, ojos brillantes y bañados en miedo, no sé por qué estaba así ese día".

   El detective James Gordon apareció en una puerta, con una expresión seria y de pocos amigos, Oswald a penas lo vio, se levantó rápidamente.
   –Detective Gordon.

   Stone se encogió de hombros y comenzó a frotar un trapo contra la mesa, simulando limpiarla.
   –Dile a Mooney que llegué–, dijo Jim, en un tono molesto, parece que hay algo entre manos.
   –¿Puedo preguntar por qué?
   –No.
Gordon lo esquivó, caminó hacia una zona apartada del lugar, dónde Mooney descansaba lejos de la gente, era como su oficina.

   Stone se lamió los labios lentamente. Sentía curiosidad por aquel detective, ¿Qué era lo que escondía? Por su apellido, supuso que era el hijo de Frank Gordon, un hombre sabio y bastante adorado en la época de los cincuenta y sesentas.

   Él no parece ser como los demás policías, él parecía seguro de sí mismo y con el objetivo estable de querer arreglar Gotham, como ella. O eso creía, todavía no estaba segura de eso.

   «James Gordon–, pensó Stone–. Me gustaría saber qué hay con este hombre.

   El grave sonido de las palizas alarmaron a la adolescente, provenía de la oficina de Fish, ella como instinto se aproximó cerca de la puerta, apoyó delicadamente el oído, eran quejidos y golpes, había una pelea.

   Todo se calló cuando un vidrio se rompió, tal vez un jarrón o algo. Stone asomó la cabeza por el hueco de la llave, estaba Fish, a penas visible.

   Retrocedió, no quería meterse en problemas con la jefa.

   Sintió el peligro aproximarse detrás de sí, suspiró y supo que algo le sucedería a Fish, por instinto.

   Caminó a paso rápido, pasó entre todas las mesas y se dirigió a la zona de la barra, dónde Oswald permanecía.

   –Dile a Fish que descuente mi sueldo, me iré temprano.
   –¿Se puede saber la razón?
   –Mi madre, le dio un ataque, iré a verla al hospital, mi padre me llamó.
   –¿Por qué tengo el presentimiento de que mientes?
   –Cuidado con lo que dices, Pingüino. Ni a mí, ni a Fish nos gustan los boca sueltas.