Gargola - Gotham

Capítulo 3: Selina Kyle.

[Transcurre en T1: E2 Selina Kyle, Gotham]

Kids With Guns

[Demon souls (push it real)
Street desire (push it real, push it)
Doesn't make sense too (push it real, push it)
But it won't be long (push it real, push it)
Kids with guns
Kids with guns
Easy does it, easy does it, they got something to say "no" to

And they're turning us into monster
Turning us into fire
Turning us into monsters
It's all desire
It's all desire
It's all desire]

Gorillaz

1

   Luego de aquella noche en la que Selina habló con Gargola, la menor ha continuado en las calles, como regularmente hacia. Sin darle tanta importancia a ese pequeño intercambio de palabras que tuvieron.

   Kyle se acercó al pequeño grupo de niños que convivían alrededor de una fogata improvisada, un hombre mayor los miraba mientras se cubría con una bolsa de basura. Todo estaba normal hasta que un enorme camión llegó desde la distancia y se detuvo delante de ellos.

   Tocaron bocina tres veces, todos giraron las cabezas hacia el vehículo y vieron como una mujer salió con un atuendo similar al de una biblioteca o una maestra, de cabello marrón algo rojizo y lentes grandes, su cabello se sujetaba con una especie de aguja, al puro estilo oriental.

   Junto a ella salió un hombre, de traje elegante color marrón y una inquietante sonrisa en el rostro, cargaba un canasto lleno de deliciosos chocolates y medialunas.
 
 

–Hola, soy Patti–. se presentó la mujer, señaló a su compañero con falsa emoción, probablemente para darle a los jóvenes una sensación amistosa–. Él es Doug. Y somos del proyecto para las personas sin hogar.

   Selina frunció el ceño, los miró con desconfianza y se distanció ligeramente del grupo de chicos, no les daba mucha confianza estos adultos, sus expresiones eran raras.
   –Traemos emparedados y sopa.
   –Tenemos dulces y galletas–, Dijo el hombre–, ¿A quién le gusta el chocolate?
   Los jóvenes se vieron entre sí, se acercaron al adulto y esperaron a que les entregaran las comidas.

   –¿Tienes hambre, Cat?–, cuestionó un chico, mirando a Selina, ella colocó su mano sobre su cintura y negó.

   –Coman emparedados. Adelante, hay para todos–. Alentó el tal Doug cuando los chicos agarraron los alimentos con emoción.

   Mientras tanto, la mujer sacó de su camisa un alfiler grueso, le agregó una sustancia desconocida y lo inyectó en el hombro del adolescente más cercano, éste cayó al instante, luego se lo inyectó a otra.

   El viejo que observaba se percató de lo que sucedía, se levantó exclamando un oigan, alertando al joven al que casi duermen como los demás, empujó a la pelirroja, cuestionandole qué es lo que intentaba hacer.

   Selina aprovechó el estar lejos y corrió fuera de la escena.

   El chico corrió tratando de esquivar a los adultos, mientras que el viejo lo defendió acercándose al hombre con el canasto, antes de que él pudiera siquiera hacer algo, una bala golpeó su pecho y lo mató.

   El adolescente huyó lo más rápido que pudo, mirando de vez en cuando hacía atrás.

   –Despacio, vaquero. Deja de
resistirte–, el mayor lo alcanzó, corrió detrás de sí y lo agarró de la espalda, quedaron junto a un restaurante, entre forcejeo y forcejeo, el menor terminó cayendo al vidrio del local.