Cap 3

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El retorno

Al oír estas palabras, todos los antiguos semidoses reunidos en la sala como Annabeth, Leo, Frank, Hazel (que por cierto están casados) y Nico sin rechistar abandonaron la sala del trono para ir a defender su hogar, Nico empleo un viaje sombra y se llevó a Hazel con ella, Frank se transformó en un pegaso, ya que con el tiempo mejoró muchísimo en sus transformaciones y ahora podía convertirse en cualquier animal que quisiera, llevó a Annabeth en su lomo, Leo no sé quedo a atrás y salió corriendo para silbar y subirse en Festo, su dragón de bronce, y fue así que los únicos que quedaron fueron los dioses, quienes seguían discutiendo o bueno, algunos se mantenían callados, entre ellos Hestia, quien, después de lo sucedido con Zeus, no le guardo rencor, pero aún así ya no era como antes, pero esto solo ocurría solo con Zeus.

Hermes quien de por sí era más que fiel a su tía, ahora lo era aún más, hasta que una voz grave y cavernosa habló

—¡Dioses!— Exclamó aquel hombre, consiguiendo la atención de estos seres quienes se levantaron de sus tronos

—¡Quién se atreve a hablarnos así!, ¡Muéstrate! —Dijo Zeus debido a que el hombre traía una capucha

—Ah.. sin duda deberías tener más consideración a tus palabras Zeus—y entonces se mostró como lo que era

—Caos...-e inmediatamente se arrodillaron —¿Porqué esta aquí?.

—Bueno, creo que la pregunta es claramente tonta ante la situación actual

—Obviamente algo muy malo está pasando y es por eso que está aquí, así que ¿Cuál es el problema?— Atenea habló por primera vez

—Muy bien Atenea, estás como siempre en lo correcto. Sin duda es de mi deber informarles que Cronos y Tártaro quieren derribar el Olimpo nuevamente, y como cierto semidios hijo del mar no esta, Cronos quien comienza a reformarse lo sabe, a querido que los ataques comienzen, sabiendo que están más que indefensos

—¡Mentira!, no nos derrumbaron antes y menos ahora que tenemos a los 7 de la profecía—hablo Hera, esposa de Zeus

—Lamento decirte, Hera que si bien tienes un punto.... Ellos no serán suficientes— y se fué

Los dioses veían como sus hijos luchaban pero eran superados por número.

El campamento era claramente un desastre, hijos de Apolo de aquí para allá atendiendo a los heridos, los hijos de Ares luchando sin descanso al igual que los hijos de Atenea, los de Hefesto con sus trampas y bombas de fuego griego e inclusive las cazadoras de Artemisa, quién habían quedado justo esa misma temporada.

Thalía Grace hija de Zeus también estaba ahí, disparando flechas a diestra y siniestra al igual qué con sus cuchillos de caza, junto con su hermano Jason, hijo de Júpiter quién se había instalado definitivamente en el campamento mestizo junto con su esposa Piper, hija de Afrodita, pero muy diferente a la mayoría de sus hermanas, ambos se habían quedado ahí y ayudaban a Quirón en casi todo lo que podían, Jason había sido el maestro de espada de generaciones de semidioses.

Había muchos heridos y si bien el número de semidioses habían aumentado con los años, aún así, los monstruos eran cada vez más, cuando de pronto comenzaron a desvanecer

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La Antártida, el lugar más frío de todo el planeta aunque cierto chico no estaba enterado de ello, aquel chico estaba en una bella sala de un castillo hecho completamente de hielo y nieve, vestía unos simples pantalones de mezclilla con una camisa de manga larga, estaba en el sillón leyendo frente la chimenea y a su lado estaba cierto perro del infierno echado al lado de su amo, cuando de pronto un mensaje iris se presentó y de ella salió un voz femenina

||PERCY JACKSON: EL SEÑOR DEL INVIERNO||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora